jueves, 20 de septiembre de 2018

00807 Las Piparras en Tempura

ENCANTADAS DE CONOCERSE

Vuelven las piparras a este caleidoscopio vital, pero en esta ocasión lo hacen acompañadas de una preparación gastronómica que también ha sido protagonista ya en este blog; la tempura.

En esta ocasión, las guindillas o piparras, vienen frescas, recién salidas de la mata y no muy grandes. La primera vez que las comí así fue recientemente en Bilbao y se han convertido en el aperitivo obligado de mis últimas visitas a la capital vizcaína.

Su elaboración es muy sencilla. Solo se necesitan guindillas frescas,  harina para tempura, agua fría, sal Maldon y aceite. Preparamos la tempura mezclando la harina y el agua con un poco de sal hasta que consigamos una consistencia ni muy fina ni muy gruesa. La clave está en meter en la mezcla una cuchara y que una vez impregnada le cueste caer. A continuación limpiamos las piparras con un trapo, las pasamos por la tempura y las introducimos en la sartén con el aceite bien caliente hasta que se doren, algo que se consigue en muy poco tiempo. Se sirven nada más sacarlas de la sartén o freidora con unas escamas de sal Maldon por encima. Me parecen deliciosas.

En fresco y de pequeño tamaño no acostumbran a picar. Como las pipas, una vez que comes una ya no puedes parar hasta que se acaba la ración.


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