viernes, 29 de abril de 2022

00977 La Playa de las Catedrales

 PLAYA DE AS CATEDRAIS


Tenía ganas de conocer esta maravilla de la naturaleza de la costa gallega. En numerosas ocasiones había oído hablar e incluso leído y visto reportajes sobre la Playa de las Catedrales y siempre me decía lo mismo: "Habrá que visitarla y disfrutarla".

No fue hasta hace tres años que tuve la oportunidad de cumplir con mi propósito. Fue al regreso a casa de un familiar viaje a la siempre entrañable y admirada Galicia. Retornábamos con prisa, nos esperaban no buenas noticias, pero pasar por delante de este mágico lugar y no visitarlo me daba pena. Aunque solo fuese una escasa hora para despistar pesares. Improvisamos sobre la marcha, tanto es así que solicitamos, tentando a la suerte, la autorización gratuita para su visita a escasos kilómetros de tan encantado y atractivo destino.

Era el mes de abril, el último día de las vacaciones de Semana Santa. El día soleado y la temperatura magnífica. Todo a favor para que nos quedáramos con las ganas de visitar la playa por falta de autorización. Pero no, en esta ocasión "la suerte nos sonrió".

La visita fue rápida y tan solo pudimos disfrutar de la mitad de la playa. No habíamos tenido en cuenta el horario de mareas y en ese momento la marea subía. Así que los curiosos y fotografiados arcos de la Playa de las Catedrales no los pudimos observar de cerca. Con todo, lo que tuve la oportunidad de ver me encantó por todo lo que para mí era de novedoso y distinto. No sé si es que ese día iba con los ojos de niño pero todo me pareció curioso, fascinante y asombroso. Verdaderamente disfruté de mi corta estancia en este singular y cincelado paraje gallego, fruto de la potencia del mar y la paciencia del tiempo.

Reviso ahora los apuntes que anoté en la libreta de aquel viaje. "La Playa de las Catedrales, Playa de as Catedrais, está enclavada en la costa de la provincia de Lugo, también conocida como La Mariña lucense. Pertenece al municipio de Ribadeo, limítrofe al este con el Principado de Asturias y al oeste con el municipio de Barreiros". "Las rocas que la componen son principalmente pizarras y cuarcitas, que tuvieron su origen hace unos 500 millones de años en el hemisferio sur. Durante todo este tiempo han sufrido grandes transformaciones, soportando la acción de los movimientos tectónicos y las sucesivas fases de inundación y retirada del mar, así como la influencia de todos los agentes erosivos". "Este batir constante ha esculpido formas sorprendentes en los acantilados, creando largos pasadizos alfombrados de fina arena, cuevas profundas con bellos colores, que van cambiando en función de la orientación del sol, y grandes arcos con más de 30 metros de altura". "Con la marea baja la Playa de las Catedrales tiene una longitud de 1400 metros". "VOLVER A VISITAR EN MEJORES CIRCUNSTANCIAS".






















miércoles, 27 de abril de 2022

00976 Los Salmonetes con Guacamole

CON MANGO Y JAMÓN CRUJIENTE


Me encantan los salmonetes. Desde simplemente enharinados y fritos hasta con atrevidas compañías como la que en esta ocasión traigo hasta estas diez mil cosas que me gustan. Salir de la rutina y enfrascarte en nuevas aventuras, aunque sean gastronómicas, siempre se agradece.

Esta vez, este delicioso pescado con intenso sabor amariscado, va acompañado de un guacamole con mango y jamón crujiente. El resultado, un delicioso bocado con sabor a mar, dulce y salado. En algún momento de este caleidoscopio vital ya he dejado constancia mi debilidad por la combinación de sabores y este es un claro ejemplo. Además, a la vista, y desde la humildad de los productos que componen el plato, se me antoja muy atractivo y sugerente.

Este sencilla elaboración consta de tres frentes: salmonetes, guacamole con mango y jamón crujiente.

Comenzaremos por el jamón crujiente que se puede hacer al horno o al microondas. Si nos declinamos por el horno, lo primer que tenemos que hacer es colocar una lámina de papel encerado en la bandeja de horno para colocar sobre ella las lonchas de jamón serrano. Una vez dispuestas las lonchas sobre el papel,  las cubriremos con otra lámina de papel encerado. Es recomendable colocar algo de peso sobre las lonchas de jamón para que queden planas y no se curven durante el horneado. Solo restará introducir la bandeja al horno a 180 grados durante unos veinte minutos. Transcurrido este tiempo, retiramos la bandeja del horno y con mucho cuidados vamos depositando las lonchas de jamón a un plato para que se vayan enfriando a temperatura ambiente. Una vez que se enfríen quedarán crujientes y quebradizas.

Si se opta por el microondas, la preparación es la misma. En este caso, introduciremos las lonchas en el micro, calentando a máxima potencia a intervalos de 40 segundos hasta que se haya secado el jamón.

Abordamos el guacamole de mango. Necesitaremos para su elaboración un mango, un par de aguacates, un cuarto de cebolla, el zumo de medio limón y sal. Pelamos y cortamos a dados el aguacate y lo machacamos en un cuenco. Reservamos. Lo mismo hacemos con el mango, pelamos, cortamos a dados y picamos. Mezclamos el aguacate y el mango y añadimos el zumo de medio limón, la cebolla y la sal al gusto. Removemos todo hasta conseguir una mezcla uniforme.

Finalmente nos ocupamos de los salmonetes que los cocinaremos enharinados y fritos.

Ya solo resta montar el plato y disfrutar de los sabores y texturas que lo componen.

 



martes, 26 de abril de 2022

00975 Huevos Rotos con Boletus

 SUGERENTE DELICIA


Vuelve este caleidoscopio vital a romper o estrellar huevos fritos. En esta ocasión, en lugar de estrellarlos con unas patatas fritas, la más elemental y originaria forma de romper unos huevos, lo va a hacer con la ayuda de unos boletus edulis. No es mala cosa. Máxima sencillez en su elaboración para un resultado delicadamente especial.

Solo se necesitan unos boletus edulis, unos buenos huevos de corral, sal y un buen aceite de oliva. Para su elaboración comenzaremos por limpiar bien el hongo, siempre con una servilleta de papel, nada de agua. A continuación, cortamos los boletus a cuadraditos o en láminas un poco gruesas. El siguiente paso consiste en añadir los hongos a la sartén con un poco de sal y los salteamos durante unos cinco minutos. Retiramos y en la misma sartén freímos los huevos. Es importante que a la hora de freír los huevos, la yema no cuaje demasiado con el fin de que cuando los rompamos esta impregne bien los boletus. Solo restará colocar los boletus en un plato y los huevos fritos encima. Romper los huevos, servir o picar del mismo plato. Fundamental, acompañar esta elaboración con un buen vino y un buen pan. Se trata de una propuesta gastronómica sencilla, sabrosa, deliciosa y ligera.

Los huevos rotos con boletus que ilustran esta entrada pertenecen a los disfrutados recientemente en el Café del Sol La Botería de Huesca, ubicado en la Plaza de San Lorenzo, frente a la Real Basílica de San Lorenzo. Muy bien presentados con una ligera majada de perejil. Productos bien tratados, con la yema de los huevos en su punto. Muy buen servicio. El precio de este plato de huevos rotos, con boletus es de 13,00 euros. Muy recomendable.







sábado, 23 de abril de 2022

00974 El Reencuentro

 SIN PALABRAS


No habrá palabras en el reencuentro.
Solo silencio, un necesitado silencio.
Dejaremos que el viento hable por nosotros,
que todo parezca nuevo a los ojos, 
que la contemplación encuentre su acomodo.

Soy yo,
el de siempre,
algo más cansado y confuso.

Eres tu, 
el de siempre, 
más placentero y hermoso.

A golpe de emoción
haremos coincidir tu imagen y mi sonrisa.
Lanzaré un beso al horizonte
y esperaré,
no importa lo largo que sea el viaje, 
a que las ondas lo traiga bañado 
en espuma y aire.

Soy yo,
el de siempre, 
más inestable e inseguro.
Eres tu,
el de siempre,
el de la caricia de agua y sal marina.

No dirás nada.
Nada confesaré.
Será un reencuentro de página en blanco 
donde volver a escribir
lo que mañana será de nuevo recuerdo.

De ti,
de mí,
de los de siempre.









00973 Los Tropezones con Gusto

LOS DEL QUESO FETA


Sigue saliendo a la mesa el puré de calabaza. Todavía queda una calabaza, hermosa calabaza, por cierto, de la última recolección. Y continúo emparejando sabores que le de un plus al anaranjado puré y que se suman, a modo de deliciosos tropezones, a la variopinta lista que por este caleidoscopio vital va pasando. Me encanta la palabra "tropezón", aunque al oído no suene sutil. Siempre me ha parecido un vocablo muy simpático y cargado de sorpresas.

El último sabor experimentado con el puré de calabaza es el que se desprende del queso feta, el llamado buque insignia de los productos lácteos griegos y el más identificativo de la gastronomía griega en el mundo. Se trata de un queso elaborado generalmente con leche de oveja, de color blanco,  consistencia firme, cremoso y con intensos sabores dulces y amargos. Su masa presenta pequeños agujeros y algunas grietas. Es un queso natural para el que en su elaboración no se utilizan conservantes, salvo la salmuera en el que se cura. Contiene menos calorías que otros tipos de queso y tiene un índice bastante alto de proteínas.

Así es el amigo que he incorporado al puré de calabaza en forma de tropezón y que no me ha decepcionado en absoluto. Tengo que reconocer que hasta me ha dado pena que se acabara con la última cucharada. En esta ocasión, el queso feta ha salido de las ensaladas para alegrar al humilde puré y darle un gusto muy, muy especial y sugerente. Para redondear el plato, este ha sido servido con un chorrito de aceite virgen de oliva extra y pimentón dulce, que ha sido el acabose.




viernes, 22 de abril de 2022

00972 El Hojaldre de Verduras

 LOS OJOS CHIRIBITAS


Soy de los que piensa que siempre hay que tener en el frigorífico unas láminas de masa de hojaldre por lo que pueda pasar. El hojaldre, también conocido como milhojas, se presta tanto para elaboraciones gastronómicas dulces como saladas y acostumbra a ser un buen aliado en la cocina.

En esta ocasión traigo hasta este caleidoscopio vital un hojaldre de verduras, a modo de pizza, sencillo de elaborar y cuyo resultado final es espectacular, o por lo menos así me lo parece. Tanto es así que cuando lo veo aparecer en la mesa, los ojos me hacen chiribitas.

En este caso se trata de un hojaldre de verduras, rápido y sencillo en su ejecución. Comenzaremos por extender la lámina de hojaldre en la bandeja de horno y la pinchamos con un tenedor para que no se suba al calentarla. Pochamos en una sartén las verduras cortadas que queramos incorporar al hojaldre durante unos cinco minutos. En esta ocasión se trata de pimiento verde, cebolla y tomates cherry. Una vez pochadas las verduras las extendemos sobre la masa de hojaldre y finalizamos con la incorporación de unas láminas de queso brie o queso de rulo. Solo restará introducir el hojaldre al horno precalentado a 200 grados y que sacaremos cuando veamos que la masa de hojaldre comienza a dorarse. Se puede consumir tanto caliente como fría y como digo, el resultado es delicioso. En cuanto a los ingredientes a añadir, todo es cuestión de gustos e imaginación.

Nunca he probado a hacer la masa de hojaldre en casa. Es una de mis muchas asignaturas pendientes en la cocina. No es cosa sencilla y necesita mucha dedicación. Alguna vez lo intentaré. De momento seguiré tirando de las masas de hojaldre industriales que dan el pego, aunque no sean de la misma calidad que las artesanales.

Por cierto, me he interesado por conocer los pormenores de esta antiquísima masa y es todo un mundo. La masa de hojaldre está hecha a base de harina, agua, mantequilla y sal. En cuanto a su origen es muy incierto. Hay escritos que señalan que el hojaldre ya era conocido por griegos y árabes, pero en lugar de utilizar mantequilla era elaborada con aceite. Tampoco faltan anécdotas a este respecto. En este sentido, se apunta a que el padre de la masa de hojaldre fue Claude Lorrain, conocido también como Claude Gellée, un pastelero francés de principios del siglo XVII. Según se cuenta, cuando estaba preparando una masa para hacer unos pasteles se dio cuenta de que se había olvidado de incorporar la mantequilla. Para corregir el olvido no se le ocurrió mejor cosa que estirar la masa bien fina, añadir la mantequilla, doblar la masa, volver a estirar, doblar de nuevo y así varias veces hasta conseguir repartir la masa de manera homogénea. El resultado, unos pasteles ligeros, esponjosos y crujientes.

Pero la cosa no acaba aquí. Existen cuatro tipos diferentes de hojaldre: común, invertido, falso hojaldre y medio hojaldre. A modo de resumen, el común se obtiene a través de la superposición de capas de masa y mantequilla y que vamos doblando sobre sí misma con la grasa en su interior. Para hacer un buen hojaldre hay que dar seis vueltas a la masa y dejar pasar entre vuelta y vuelta al menos media hora.

El hojaldre invertido se diferencia del común en que es la grasa quien envuelve a la masa. En cuanto al falso hojaldre, también llamado hojaldre rápido, se mezclan juntos los cuatro ingredientes (agua, harina, mantequilla y sal), si bien la mantequilla tiene que estar bien fría y cortada en dados. La masa hay que plegarla dos o tres veces pero sin manipularla demasiado. En el medio hojaldre se emplea menos cantidad de grasa y se le da menos vueltas.

Lo dicho, todo un fascinante mundo el del hojaldre.



miércoles, 20 de abril de 2022

00971 Todo Pende

 DE UN HILO


Todo pende de un hilo.

La indiferencia pende de un hilo.

La paz y la guerra penden de un hilo.

La esperanza también pende de un hilo.

Las murallas penden de un hilo.

El olvido pende de un hilo.



Todo pende de un hilo.

El trabajo pende de un hilo.

Las penas y alegrías penden de un hilo.

El miedo pende de un hilo.

La ternura pende de un hilo.

El amor pende de un hilo.

Todo pende de un hilo.

La inocencia pende de un hilo.

Las caricias penden de un hilo.

La ilusión y el desengaño también penden de un hilo.

El encanto pende de un hilo.

La desesperación pende de un hilo.


Todo pende de un hilo.

La verdad y la mentira penden de un hilo.

El recuerdo pende de un hilo.

La soledad pende de un hilo.

La libertad pende de un hilo.

La vida y la muerte penden de un hilo.

Todo pende de un hilo.

Hasta estos versos sueltos penden de un hilo.










00970 Los Tomates de Corazón

 DE BUEY


Hace tan solo un par de años que tuve conocimiento de la existencia de esta variedad de tomate. En el huerto acostumbraba a plantar siempre tomate rosa, de Huesca, cherry y de pera. Fue hace dos años cuando hablando con un conocido sobre cuestiones hortícolas, excelente alternativa para no hablar de política, me informó sobre la existencia del tomate de corazón de buey. Recuerdo perfectamente sus palabras: "cuando lo pruebes, ya no comerás otro". Así que cuando llegó la hora de plantar las tomateras me acordé de aquella conversación, y a las ya mencionadas variedades de tomate, incorporé a la tierra la, para mí, nueva variedad.

Tenía curiosidad por saber cómo se aclimataría "el nuevo inquilino" a los aires de mi huerto y tengo que reconocer que ese verano estas tomateras fueron mis niñas bonitas. Recuerdo que tardaron en salir los frutos y que no fueron muy abundantes. Ahora bien, los pocos que pude recoger me parecieron excelentes. El tamaño de los tomates me pareció espectacular y divertido comprobar en el día a día cómo el fruto iba adquiriendo la forma de corazón. No sé cuántas fotografías llegué a hacerles.

Y llegó el momento de comprobar todas las bondades culinarias de esta variedad de tomate de las que me habló aquel conocido. En cuanto llegó el primer ejemplar a casa, lo primero que hice fue pesarlo en la báscula de cocina: un kilo y trescientos veinte gramos. Cuando vi su peso no pude esconder mi asombro y "orgullo", además de sonreír al recordar el dicho de "a hortelano tonto, patata gorda". Aunque en este caso fuera mejor decir, "a hortelano tonto, -esto no cambia-, tomate gordo". 

Salió a la mesa con todos los honores y aderezado solo con aceite y sal. Resultó un tomate muy carnoso, dulce y jugoso. La combinación entre el salado aportado por la sal y el dulzor del fruto junto a su firme textura me pareció algo sublime. 

Desde entonces, no diré, como me trasladó mi conocido, que cuando probara el corazón de buey ya no querría comer otra variedad de tomate, pero sí tengo que reconocerle que de momento está en cabeza de cuantas variedades de tomate conozco.


lunes, 18 de abril de 2022

00969 Las Tartaletas Rellenas

 ALEGRÍA EN LA MESA


Hay platos que cuando salen a la mesa nos llenan de asombro y nos hacen abrir los ojos todo lo que dan de sí los párpados. Otros, por su belleza en su presentación, da casi pena servirlos. Hay platos que nos despiertan curiosidad nada más verlos. Existen elaboraciones gastronómicas de nostalgia y recuerdo..... Y hay presentaciones que alegran la mesa, como la propuesta que traigo en esta ocasión: las tartaletas rellenas.

Se trata de un formato que siempre triunfa y es bien recibido. Sirven tanto como para un aperitivo de pie, una cena informal o para una comida festiva. Yo siempre las asocio a momentos festivos y cuando se trata de elaborar un menú para una amable celebración, siempre acudo a ellas. Admiten cualquier relleno que puedas imaginas, sin importar que sea dulce o salado, ya que asumen perfectamente sendos sabores. Y no sé, será por su colorido o por lo que pueda llevar de sorpresa en el contenido de sus ingredientes, las tartaletas me trasladan cierta alegría y simpatía cuando las veo en la mesa.

A la hora de prepararlas me gusta, al igual que las tapas, que se puedan comer de un solo bocado y que el contenido de la tartaleta recorra toda la boca y vaya dejando por ella todo su sabor. Al igual que soy más partidario de hacer tanto la tartaleta como el relleno en casa. Me resulta entretenido y más imaginativo, algo que también forma parte de la cocina. Dicho esto, no quita que en momentos puntuales acuda a un hipermercado o tienda de alimentación y compre las tartaletas ya elaboradas e incluso algún relleno ya preparado. Es el caso de las tartaletas que ilustran esta entrada. Son dos deliciosas ensaladas alemanas adquiridas en la Charcutería "La Moderna" de Bilbao. Una charcutería en la que no me importaría nada quedarme a vivir en ella. ¡Qué delicia para los ojos y qué placer para el estómago este establecimiento!

En otra ocasión, cuando llegue el momento y encuentre las fotografías, traeré hasta este caleidoscopio vital mis rellenos "estrella". Y si no, pues habrá que montar una fiesta con la excusa de hacer tartaletas. 

P:D. Jamás pensé que unas simples tartaletas dieran tanto de sí. 




sábado, 16 de abril de 2022

00968 Quédate un Poco Más

 SOBRENADANDO EN LAS PALABRAS


Quédate un poco más.

El tiempo necesario para conocerte
y descubrir tus sueños de tránsito pasajero.

Apenas te acaricio
y ya te veo en la distancia
repartiendo blancos besos en tu descuidado pasar.

Me gustaría mostrarte cómo pueden 
volar las horas cuando el sol deja de quemar, 
contagiarme de tu relajante júbilo en cada despertar,
impregnarme de tu húmeda vida antes de que alcances el mar.


Quédate un poco más.

Sé que es una locura, 
lo sé, 
como una locura es ver pasar y pasar
tu plateado aire
sin que puedas volver atrás.

No me acostumbro
a nuestros caprichosos encuentros,
a tu silencio sobrenadando en las palabras, 
a mi pétrea impotencia resignada.

Tendré que conformarme con ese momento
que se consume en apenas un rozar
y disfrutar de ese mágico instante
que la naturaleza está dispuesta a prestar.

Solo me queda aceptar
mi condición de piedra, 
de estatua mojada para siempre;
tu espíritu de agua errante, 
libre, limpio y a veces tan distante.


miércoles, 13 de abril de 2022

00967 Berenjenas y Calabacines

 NO HAY NADA COMO LLEVARSE BIEN


Berenjenas y calabacines son, posiblemente, uno de los productos más versátiles de la huerta y muchas de las recetas tradicionales de nuestra deliciosa gastronomía se basan o contienen uno o los dos alimentos.

Los primeros en aparecer en la generosa huerta son los calabacines. A partir de aquí, raro es el día que no se asomen a la mesa en sus formas más sencillas: cremas, tempuras, tortillas, en forma de espagueti, rellenos, habitualmente de carne, salteados, a la plancha... Me gustan de cualquier manera y siempre son bien recibidos.

La fiesta de sendos productos se inicia cuando llegan las berenjenas y que, por otro lado, forman parte de uno de los alimentos más apetecibles de cuantos hasta ahora conozco. Menos crudas, es obvio, me fascinan en cualquiera de sus posibles cocinados: fritas, rellenas de carne o pescado, en tempura, en pastel, en quiche... La lista es larga, variada y sugerente. Así, no resulta extraño que las dos hortalizas se unan para el deleite de nuestras comidas e incluso en algún que otro aperitivo si las cocinamos en tempura.

Berenjenas y calabacines por separado son una delicia y compartiendo cocinado, una doble delicia. Entre las muchas combinaciones posibles, aquí traigo una que me parece un pequeño manjar: montaditos de berenjena y calabacín con gulas. Su elaboración es tan sencilla como sorprendente.

Se trata de cocinar unas gulas al estilo tradicional. Es decir, freír unos ajos cortados a láminas con un par de cayenas y cuando se empiezan a dorar, incorporamos las gulas, que freímos durante un minuto aproximadamente. Reservamos. Cortamos en láminas berenjenas y calabacines y freímos en una sencilla tempura a base de cerveza bien fría, harina y una pizca de sal hasta conseguir la textura deseada. Con todos los elementos ya dispuestos vamos formando los montaditos. Una base de berenjena o calabacín, gulas, otra de rueda de berenjena o calabacín, gulas y cerramos con una rueda de berenjena o calabacín. Finalmente, sobre la última rueda de calabacín o berenjena de los montaditos vamos depositando las láminas de ajo que hemos empleado para cocinar las gulas. Antes de servir a la mesa es conveniente introducir los montaditos en el horno precalentado a 180 grados durante unos diez o quince minutos para poderlos degustar calientes.

Sorprendente el resultado a la par que delicioso. Y después de comer los montaditos comienza el debate, ¿mejor los de calabacín o los de berenjena?