sábado, 24 de diciembre de 2022

01087 El Pollo con Champiñones

 SABORES DE TRADICIÓN


Vuelvo a echar mano de la cocina tradicional, de esa cocina con sabor a fiesta, sin trampa ni cartón. Sin secreto alguno, salvo el gusto personal de cada hogar.

Se trata de un guiso con el que siempre se acierta, salvo en contadas y maniáticas ocasiones. Pocos ingredientes, habituales en los mercados, sencilla y rápida elaboración. En esta ocasión va acompañado de unos noodles, los tradicionales fideos de la cocina asiática. Es un añadido a la receta original que ni quita ni aporta al guiso, pero que en esta ocasión tienen su razón de estar, al igual que cuando lo acompaño con arroz hervido. Como buen guiso que es, el pan siempre tiene que estar a mano para untarlo en la salsa. Todo un pecado. Y esto es precisamente lo que quería evitar, ponerme de pan hasta arriba,  sin medida y sin talento.  La otra opción es pasar de la salsa y como este plan b me da pena, opto por este acompañamiento. Dicho lo cual, me ceñiré simplemente a la receta original del guiso.

Ingredientes para 6 personas: Un pollo de aproximadamente un kilo y medio, 2 dientes de ajo, 6 cucharadas de aceite, 1 vaso de vino blanco, un poco de harina, 1 vaso de caldo de pollo, medio kilo de champiñones y sal.

Elaboración: Lavar y cortar en cuartos o en láminas los champiñones. Reservar. Cortar el pollo en trozos por las coyunturas y las pechugas en cuatro trozos. Sazonar con sal y enharinar. Reservar. En una sartén con cuatro cucharadas de aceite de oliva, dorar los trozos de pollo a fuego vivo, pero no demasiado fuerte. Trasladar a una cazuela los trozos de pollo ya dorados. Añadir a la sartén dos cucharadas más de aceite de oliva y echar los ajos muy picados. Cuando estén dorados, se rehogar los champiñones de 7 a 10 minutos. Añadir a continuación el vino y el caldo. Se mezcla todo bien y se echa por encima del pollo. Tapar y dejar cocer durante unos 40 minutos. Si se quiere una salsa más espesa, hay que deshacer una cucharada de Maizena y se deja cocer cinco minutos más. 



viernes, 23 de diciembre de 2022

01086 El Bacalao al Ajillo

 DE LOCURA


Traigo de nuevo hasta este caleidoscopio vital una de mis debilidades: el bacalao. En esta ocasión, se trata de un cocinado, rápido, sencillo y obviamente, sabroso. Me refiero al bacalao al ajillo.

Da la coincidencia de que se unen dos alimentos que me apasionan. Del bacalao poco puedo decir más, que no haya dicho ya en entradas precedentes. Y en cuanto al ajillo, me parece un aliño muy interesante, amén de las múltiples cualidades beneficiosas que contiene el ajo, que aúna un aporte de nutrientes que le otorgan muchas propiedades medicinales. Tanto es así, que se aconseja incluir en la dieta de 1 a 4 dientes al día para prevenir y aliviar determinados problemas de salud.

El éxito de este sencillo plato radica en la calidad del bacalao y en el confitado de los ajos. Es preferible que el bacalao sea fresco y en lomos. Servir caliente y a disfrutar de cada uno de sus sabrosos bocados.

Ingredientes: 4 generosos lomos de bacalao frescos o desalados, media docena de dientes de ajo, un par de cayenas (opcional, si te gusta un punto de picante en los platos), unas gotas de vinagre suave, aceite de oliva virgen extra y sal.

Elaboración: En una cazuela con un generoso fondo de aceite de oliva, incorporar el ajo, limpio y laminado, y los lomos de bacalao con la piel hacia abajo. A fuego medio bajo, dejar que se cocine el bacalao por espacio de dos o tres minutos para que se vaya confitando lentamente. Transcurrido este tiempo, dar la vuelta a los lomos y dejar cocinar un minuto más, siempre a fuego medio bajo. Cuando los ajos presenten un aspecto dorado, añadir unas gotas de vinagre suave. Con el fuego apagado, mover la cazuela en vaivén durante un minuto. Si se quiere dar un toque picante al plato, añadir un par de cayenas junto a las láminas de ajo.



jueves, 22 de diciembre de 2022

01085 Las Tostadas de Pecado

 UNA PEQUEÑA HISTORIA SENTIDA


La báscula me aconseja últimamente que tenga cuidado con las cenas y que sea más bien parco. Intento hacerle caso, pero me cuesta. Hay días en los que la ansiedad viene a visitarme y no hay manera de controlarla. Hago algunos amagos, juego al despiste, me entretengo con un café y un cigarrillo, ingiero poca cosa y supero el momento cena. Pero hay otros que, por más que me haga el despistado, no consigo vencer la inquietud que, llegado este momento del día, se apodera de mí. Cuando esto sucede, voy directo al grano y me dejo de tonterías. Para qué sufrir más de lo debido. Es cuando recurro a mis "tostadas de pecado".

Tengo un buen muestrario de ellas, pero hay una con la que gozo sobremanera: tostada de tortilla francesa con jamón pasado por la sartén. Un combinado que me hacía mi abuela Genoveva en mi infancia y que me sabía a manjar de dioses. Aquella tostada que hoy llamo de "pecado" lo tenía todo a su favor. El pan de hogaza del horno del señor Antonio, en Alcalá de Gurrea, a escasos metros de la casa de mis abuelos, y que tan feliz me hacía visitar cuando tenía que ir a recoger algún encargo de la abuela. Cosas de niños. La tortilla floja hecha con los huevos de las gallinas de casa. Y el jamón de la matacía impregnado de olor a bodega. Una buena "chulla" pasada ligeramente por la sartén. 

Todo eso ya es historia; una historia sentida. Ahora, hay que conformarse con lo que toca, si bien la combinación de alimentos me sigue pareciendo deliciosa. Me gusta, llegado el caso, disfrutar de cada sencillo y humilde bocado de esta tostada de "pecado", porque nunca sé cuándo se volverá a presentar una nueva oportunidad. Cuándo la ansiedad y la inquietud se darán de nuevo cita a la hora de la cena.




miércoles, 21 de diciembre de 2022

01084 Cuando Pesan los Días

 IN MEMORIAM


Cuando pesan
los días que pasan, 
regreso a la arena
bañada de olas y horas,
donde sigo al instinto
vestido de espuma y de aire.

Camino en silencio
sobre huellas de alguien, 
de algas, de almas errantes.
Contemplo con mudo deleite
el apasionado paisaje, 
más bello que ayer, 
más hermoso
y más grato que la última vez.

Apenas puedo recordar
lo que escribí tres años antes.
El día era gris, 
la ilusión intacta, 
no sabía nada, 
porque nada quería saber.

La primavera llegó temprano, 
como tu doloroso adiós, 
esperanza quebrada.

Cuando pesan
los días que pasan, 
regreso a la arena, 
al paseo de nuestra última estancia, 
en la que dejamos
sonrisas y alguna lágrima. 





martes, 20 de diciembre de 2022

01083 Los Platos para una Prisa

 ENSALADA DE ALUBIAS, POR EJEMPLO


Salgo a la calle sin destino. Lo que es a estirar las piernas. Necesito desentumecer los sostenes de mi cuerpo. No creo que tarde mucho en regresar a casa. Una vuelta y de nuevo a casa con mis cosas.

No se está mal en la calle, hasta la gente me parece que está de mejor humor. Rápidamente me rectifico. Quizás sea yo el que está de mejor humor y me hace ver al personal de otra manera. Bueno, tampoco hay que venirse arriba. Con todo, observo caras avinagradas.

Un olor inconfundible a sardinas a la brasa me acompaña unos metros. Lo que daría en este momento por media docena de ellas. "Hombre, cuánto tiempo sin verte", alguien me dice. Pues sí, tiempo, contesto. Nos ponemos al día. Todo está bien. Nos alegramos. Casi en la despedida, se incorpora un amigo común. Vuelta a empezar, pero en versión más reducida. Este último nos invita a una cerveza. Miro el reloj. Bien, tengo todavía que hacer la comida, pero creo que me dará tiempo si la cervecita no se prolonga mucho. De camino al bar nos detiene un viejo conocido de los tres. Otro capazo. Finalmente acaba por unirse a la comitiva de la cerveza. ¡Cómo pasa el tiempo! El presente y el cercano, pero tan lejano pasado. Una cerveza, no. Llevamos dos, como la hora que es. Por Dios, y la comida sin hacer. "Bueno, chicos, me voy que me ha cogido el toro. Un placer. A ver si no tardamos tanto en saber de nosotros".


Tengo algo más de media hora para hacer la comida. Mis chicas llegan a las dos y media. Obligado recurrir a mis "platos para una prisa". Abro frigorífico y despensa. Sí, hay de todo. Alubias de bote, pimiento verde, cebolla dulce y pimentón dulce. Lo suficiente para hacer una ensalada de alubias. Limpio bien las alubias bajo el grifo de agua, corto menudo el pimiento y la cebolla. Lo mezclo bien. Aceite, vinagre de Módena, un poco de sal y una buena dosis de pimentón. Remuevo hasta que observo que está bien mezclado. Introduzco la ensalada en el frigorífico hasta que lleguen y mientras cocino unos filetes de lomo a la plancha. Ya está todo. Pongo la mesa. Llaman a la puerta. Comienzan a aparecer mis chicas. Saco la ensalada de la nevera y la dejo en la mesa. La pregunta de costumbre: "¿Qué hay para comer"? Ensalada de alubias y lomo a la plancha. Miran con agrado las alubias. Sé que les gusta. Se la comen con ganas. Prueba superada.

Lo que no les digo es que tenía pensado hacer canelones gratinados y que un par de cervezas han echado al traste algo que tanto les gusta. Otro día será. Cuando no me dé por estirar las piernas. 








lunes, 19 de diciembre de 2022

01082 La Queimada

 BÚHOS, LECHUZAS, SAPOS Y BRUJAS


Independientemente de que me guste el sabor de esta bebida, de su tradición en Galicia, de lo que representa y su conjuro a la hora de elaborarla, si hay algo que me encanta de ella, es su capacidad para congregar familia, amigos y vecinos, y por supuesto, su carácter festivo. Es de las bebidas que une, como el tradicional poncho navideño aragonés.

La queimada es una bebida alcohólica elaborada con aguardiente de orujo, granos de café, azúcar y cáscaras de limón y naranja. Aunque se bebe en cualquier periodo del año, es en San Juan, la noche mágica por excelencia, cuando esta bebida cobra real protagonismo.

Hasta 1972 se creía que la queimada era de origen celta, pero el catedrático de prehistoria de la Universidad de Santiago, Carlos Alonso del Real, en ese año hizo observar que se estaba en un error, ya que la destilación del aguardiente mediante un alambique fue bastante posterior. Alonso del Real fijó su origen en la Edad Media.

Todo el ritual de preparación “está dirigido a alejar a los malos espíritus y a las meigas que, según la tradición, acechan a los hombres y mujeres para intentar maldecirles ya sea por diversión, por venganza, por algo que han realizado anteriormente, o por cualquier otro motivo”

Habitualmente, la queimada, que aúna varios de los elementos más característicos de Galicia: agua, tierra, fuego y aire, se realiza por la noche, en una olla de metal o barro para evitar que se queme. Uno de los conjuros más populares fue escrito por el artista Mariano Marcos Abalo en 1967. Se recita en el momento que comienza a arder el orujo. Mientras tanto, se debe remover hasta que el azúcar se consuma y las llamas se apaguen, lo cual indica que el alcohol se ha evaporado prácticamente.

Ingredientes: 1 litro de aguardiente blanco, 150 gramos de azúcar blanco, granos de café y peladuras de limón y naranja.

Elaboración: En una cazuela de barro o cerámica se vierte el aguardiente y el azúcar. Tras lavar limones y naranjas, se añaden las peladuras y unos granos de café enteros. Coger un poco de orujo con un cucharón y un poco de azúcar, y prenderle fuego. Acercar el cucharón al líquido del recipiente hasta que prenda el alcohol. Remover hasta que las llamas adquieran un color azulado. Lo ideal es que arda durante unos 15 minutos, pero todo dependerá de la presencia de alcohol que se desee.

Conxuro de Mariano Marcos Abalo que se acostumbra a recitar mientras se remueve la queimada:

 


GALLEGO

Mouchos, coruxas, sapos e bruxas;

demos, trasnos e diaños;

espíritos das neboadas veigas,

corvos, pintegas, e meigas;

rabo ergueito de gato negro

e todos os feitizos das menciñeiras.

 

Podres cañotas furadas,

fogar dos vermes e alimañas,

lume da Santa Compaña,

mal de ollo, negros meigallos;

cheiro dos mortos, tronos e raios;

fuciño do sátiro e pe do coello,

ladrar de raposo, rabiño de martuxa,

oubeo do can, pregón da morte...

 

Pecadora lingua da mala muller

casada cun home vello.

Averno de Satán e Belcebú,

lume de cadáveres ardentes,

lumes fatuos da noite de San Silvestre,

corpos mutilados dos indecentes,

e peidos dos infernales cus...

 

Bruar da mar embravecida,

agoiro de naufraxios.

Barriga machorra da muller ceibe,

miañar dos gatos que andan á xaneira,

guedella porca da cabra mal parida

e cornos retortos de castrón...

 

Con este cazo

levantarei as chamas deste lume

que asemella ao do inferno,

e as meigas ficarán purificadas

de tódalas maldades.

Algunhas fuxirán a cabalo das súas escobas,

para iren se asulagar

no mar de Fisterra.

 

Ouvide! Escoitade estos ruxidos...!

Son as bruxas que están a purificarse

nestas chamas espiritosas...

E cando este gorentoso brebaxe

baixe polas nosas gorxas,

tamén todos nós quedaremos

libres dos males da nosa alma

e de todo embruxamiento.

 

Forzas do ar, terra, mar e lume!

a vós fago esta chamada:

si é verdade que tendes máis poder

que a humana xente,

limpade de maldades a nosa terra

e facede que aquí e agora,

os espiritos dos amigos ausentes

compartan con nós esta queimada.

 

CASTELLANO

Búhos, lechuzas, sapos y brujas;

demonios, duendes y diablos,

Espíritus de las nublosas vegas,

cuervos, salamandras y hechiceras;

rabo erguido de gato negro

y rodos los hechizos de las curanderas.

 

Podridos troncos agujereados,

hogar de los gusanos y alimañas,

fuego de la Santa Compaña,

mal de ojo, negros maleficios;

hedor de los muertos, truenos y rayos;

hocico del sátiro y pata de conejo,

ladrar de zorro, rabito de garduña

aullido del perro, pregón de la muerte…

 

Pecadora lengua de mala mujer

casada con un hombre viejo.

Averno de Satán y Belcebú,

fuego de los cadáveres ardientes,

incendios fatuos en la noche de San Silvestre

cuerpos mutilados de los indecentes,

y pedos de los infernales culos…

 

Rugir del mar embravecido,

presagio de naufragios.

Barriga estéril de la mujer soltera,

maullar de los gatos en celo,

melena sucia de la cabra mal parida

y cuernos retorcidos de castrón…

 

Con este cazo

levantaré las llamas de este fuego

que se parece al del infierno,

y las brujas quedarán purificadas

de todas sus maldades.

Algunas huirán a caballo de sus escobas,

para irse a sumergir

en el mar de Finisterre.

 

¡Oíd! ¡Escuchad estos rugidos…!

Son las brujas que se están purificando

en estas llamas espiritosas…

Y cuando este delicioso brebaje,

baje por nuestras gargantas,

también todos nosotros quedaremos

libres de los males de nuestra alma

y de todo embrujamiento.

 

¡Fuerzas del aire, tierra, mar y fuego!

a vosotros hago esta llamada:

si es verdad que tenéis más poder

que la humana gente,

limpiad de maldades a nuestra tierra

y haced que aquí y ahora,

los espíritus de los amigos ausentes,

compartan con nosotros esta queimada.



domingo, 18 de diciembre de 2022

01081 Buenos Compañeros

 NUNCA FALLAN


Soy de la humilde opinión que para disfrutar de la vida no hacen falta grandes fastos. Sirva este mismo punto de vista para trasladarlo a las cosas del yantar. Sencillos y populares alimentos, bien combinados y sin necesidad de dedicarles mucha atención a la hora de prepararlos, nos pueden deparar grandes momentos de deleite. De estos, hay infinidad. Son legión.

Buen ejemplo de ello, puede ser un sencillo plato de chorizo y pimientos verdes fritos. Son buenos compañeros y viejos conocidos entre ellos. Una pareja que se adapta a cualquier situación nacida de la improvisación o seleccionada a priori. Sabor recio, de tradición, ajeno al devenir del tiempo y de los tiempos.

A mano una hogaza de pan, de ese pan de miga y que pesa. Tiznarlo en cada bocado de grasa y pimentón, de salado aceite posado sobre la piel del verde acompañante. Y a mano también, según se tercie, un buen vino tinto o una rubia cerveza. Y que pase el tiempo, no hay prisa. Es momento de hablar, de lo que sea, mientras de ese plato salgan aromas que se dejarán caer sobre un hule de cuadrados trazados en blanco y rojo.








jueves, 15 de diciembre de 2022

01080 La Menestra

LA HUERTA LLEVADA A LA MESA


La menestra de verduras siempre se ha dicho que es la alegría de la huerta. Sabrosa, fresca y saludable tanto en primavera como en invierno, y aunque no tiene mucha explicación su elaboración, como para todo, aquí también hay gustos.

Una buena menestra de verduras, a mi parco entender, tiene pocos trucos, aunque sí alguna que otra consideración, como la textura de sus ingredientes y su óptimo punto de cocción. Así que a la hora de hacer una menestra, y una vez elegidas las verduras que la integran, deberemos tener en cuenta cuál es la cocción de cada una, ya que todas no requieren el mismo tiempo. 

Enamorado como soy del huerto y sus verduras, la menestra siempre me parece un acierto. Hay muchas formas de cocinarla, así como variedad de interpretaciones. Me gusta cualquier propuesta, pero si esta contiene alcachofas de forma generosa, para qué decir más. Por ejemplo, la que traigo en esta ocasión a base de alcachofas, espárragos trigueros y judías verdes.

Ingredientes para 4 personas:  12 alcachofas, 250 gramos de judías verdes, un manojo de espárragos trigueros, 150 gramos de jamón serrano, zumo de medio limón, una cebolla, una cucharada de harina, aceite de oliva virgen extra y sal.

Elaboración: Limpiar las alcachofas quitando las hojas duras y las puntas, dividiéndolas cada una de ellas en cuatro trozos. Cocer en una cacerola en abundante agua hirviendo con agua, sal y el zumo de medio limón durante unos cinco minutos. A continuación, limpiar las judías verdes y los espárragos trigueros y cocer por separado. Reservar el agua de cocción de las judías. En una paella o similar con aceite, sofreír el jamón cortado en cuadraditos y añadir la cebolla picada. Cuando se haya rehogado, espolvorear una cucharada de harina y remover con una cuchara de madera. Añadir dos cazos del agua de hervir las judías verdes y cuando empiece a hervir, incorporar las alcachofas, las judías verdes y los espárragos trigueros. Dejar cocer cinco minutos más, rectificar el punto de sal y servir.



martes, 13 de diciembre de 2022

01079 El Rulo de Queso

 SIEMPRE A MANO


El primer día que probé el rulo de queso, de esto hace ya algunos años, me pareció un auténtico descubrimiento gastronómico. Fue en una sencilla ensalada en la que este queso cubrió de sabor y delicadeza el plato. Desde entonces, siempre ha estado muy presente en mis debilidades gastronómicas. 

La experiencia me dice que se trata de un queso muy versátil y que se adapta bien a gustos y situaciones. Se trata de un queso que se puede untar, pasar ligeramente por la plancha, introducir en el horno o incorporarlo tal cual a un buen número de recetas. Liga bien tanto con alimentos dulces como salados. Puede formar parte de un aperitivo, como primer o segundo plato, e incluso de los postres. Se lleva bien con hojaldres, verduras, carnes, frutas, por supuesto con ensaladas, pizzas y pastas, huevos... 

Tiene su origen en el queso francés St. Maure. Aunque el más popular es el elaborado con leche de cabra, también se realiza con leche de vaca e incluso de oveja. El tiempo de maduración del rulo de cabra es de unos quinces días y su proceso de fermentación permite crear una peculiar y comestible corteza y mantener una textura cremosa y sabrosa en el interior.

No será la última vez que traiga hasta este caleidoscopio vital esta delicia de queso. Para abrir boca, propongo una sencilla ensalada a base de tomate, un variado de lechugas al gusto, almendras, nueces, avellanas, mermelada de higo, vinagre de Módena, aceite de oliva virgen extra, sal y una rueda de rulo de queso gratinado al horno a 180 grados centígrados durante dos minutos con una cucharada de miel.



lunes, 12 de diciembre de 2022

01078 Quisiera Entrar en tu Silencio

 EL MAR, SIEMPRE EL MAR


Quisiera entrar en tu silencio, 
voz mimosa de espuma y agua.
Recoger los días que nos sobren
para cuando la brisa su pereza manifieste.

Quisiera detener tus olas para darles mi palabra.
Renovar de nuevo, 
sin vacilar,
aquellas horas
sobre el suelo tierno
en las que dibujé hilos de honesta intimidad.

Quisiera,
mar,
entrar en tu silencio,
                                                                                    y volver a respirar tu paz. 




domingo, 11 de diciembre de 2022

01077 Los Huevos Fritos con Gulas y Langostinos

UN PLATO DE CAPRICHO


Traigo hasta este caleidoscopio vital un plato que lo probé recientemente en un restaurante santanderino y que me pareció todo un acierto. De fácil elaboración y pleno de sabor, se acomoda a cualquier horario y posición en el menú. Apetece tanto en un almuerzo, como plato único, de principal o de segundo.

Hay platos que entran por la vista, y este, por lo menos para mí, es un ejemplo. En aquella ocasión que lo probé por primera vez, tenía pensado otro plato que aparecía en la carta, pero antes de que fuera atendido, vi pasar camino a una mesa vecina los susodichos huevos fritos con gulas y langostinos. No me lo pensé dos veces y cambié de opinión sobre lo que tenía pensado comer. ¡Y qué bueno que estuvo el requiebro!

Esta delicia de sabores y combinación de texturas no tiene mucha complicación. A saber.

Ingredientes para una persona: 2 huevos, 6 langostinos, 150 gramos de gulas, 2 patatas medianas, 2 dientes de ajo, 2 cayenas, aceite de oliva virgen extra y sal.

Elaboración: Pelar y cortar las patatas para a continuación, freírlas en abundante aceite de oliva a fuego medio, con el fin de que se doren y queden blandas por dentro. Reservar. En una sartén con un poco de aceite, dorar dos dientes de ajo cortados a láminas e incorporar los langostinos pelados y dos cayenas. Cocinar un par de minutos. Añadir las gulas y cocinar cinco minutos más. Reservar. Freír dos huevos sin que se haga en exceso la yema. Solo restará montar el plato. Cama de patatas fritas y sobre estas, las gulas y los langostinos. Coronar el plato con el par de huevos fritos.

Resultado, un plato bien caprichoso.





viernes, 9 de diciembre de 2022

01076 Los Fideos Chinos con Carne y Verduras

FÁCIL Y RÁPIDO


De vez en cuando me gusta salir de lo seguro y acostumbrado para desenvolverme en la cocina con otros sabores. Es una forma como otra cualquiera de que el "día de la marmota" no se apodere por completo de mí. Es entonces cuando recurro a recetas que me han llamado la atención en algún restaurante o busco alguna caprichosa propuesta entre mi abundante colección de libros y revistas de cocina, entre otras fuentes.

En esta ocasión recurro a la cocina internacional, concretamente a la oriental. Ya he comentado en alguna ocasión mi gusto por esta peculiar cocina. Me he decantado por unos fideos con carne y verduras. Como acostumbra a acontecer en estos casos, hay multitud de recetas al respecto. La base en todas ellas es muy similar y el modo de cocinar muy parecido. La diferencia estriba en pequeños detalles, que me imagino tendrán que ver con el gusto personal del autor. En mi caso recurro a un libro que compré hace algunos años y que contiene las recetas más populares y tradicionales de la cocina china. No tienen mucha dificultad, sus ingredientes hoy en día están al alcance de la mano y el resultado es más que satisfactorio.

Ingredientes para 4 personas: 250 gramos de espaguetis o fideos chinos, 150 gramos de calabacín, 1 pimiento, 1 cebolla, 100 gramos de carne de pollo, 100 gramos de carne de ternera, 50 gramos de brotes de soja, 1 zanahoria, 5 cucharadas de salsa de soja, 5 cucharadas de aceite y sal.

Elaboración: Cortar en tiras la cebolla, la zanahoria, el calabacín y el pimiento. Reservar. Cortar también en tiras las carnes de ternera y pollo. Reservar. Cocer los espaguetis en abundante agua con sal. Reservar. Saltear las carnes en una sartén con un poco de aceite. Añadir las verduras y los brotes de soja. Saltear todo a fuego lento durante unos minutos, intentando que las verduras queden al dente. Añadir los espaguetis cocidos y la salsa de soja. Rehogar unos segundos y servir. 



jueves, 8 de diciembre de 2022

01075 Los Raqueros

PUERTO CHICO



A finales del siglo XIX e inicios del XX, se veía deambular por el santanderino barrio de Puerto Chico a unos niños, a la espera de que algún marinero o turista lanzase a las aguas del puerto cántabro una moneda que luego intentarían recuperar buceando. Eran muchachos, en su mayoría huérfanos, que se ganaban la vida mediante pequeños hurtos y de las propinas que recibían por recoger los objetos tirados al agua. Se les conocía como raqueros, un apelativo que, según la Real Academia Española define como, “rateros que hurtan en puertos y costas”.

El escritor cántabro y autor de célebres novelas de costumbres, José María de Pereda, en su obra “Escenas montañesas” escribió sobre los raqueros: “Yo soy de la opinión del raquero: su destino, como escobón de barrendero, es apropiarse de cuanto no tenga dueño conocido: si alguna vez se extralimita hasta lo dudoso, o se apropia lo del vecino, razones habrá que le disculpen; y, sobre todo, una golondrina no hace verano.

El raquero de pura raza nace, precisamente, en la calle Alta o en la de la Mar. Su vida es tan escasa de interés como la de cualquier otro ser, hasta que sabe correr como una ardilla: entonces deja al materno hogar por el Muelle de las Naos, y el nombre de pila por el gráfico mote con que le confirman sus compañeros; mote que, fundado en algún hecho culminante de su vida, tiene que adoptar a puñetazos, si a lógicos argumentos se resisten. Lo mismo hicieron sus padres y los vecinos de sus padres. En aquellos barrios todos son paganos, a juzgar por los santos de sus nombres”.

Desde 1999, junto al Muelle del Calderón, en el hermoso paseo marítimo de Santander, cuatro niños de bronce a tamaño natural, obra del escultor José Cobo Calderón, nos recuerdan la existencia de lo que fueron estos pequeños personajes típicos santanderinos. Uno de pie, preparado para lanzarse al agua tras avistar una moneda; otro, lanzándose de cabeza al mar; y dos más sentados, con la mirada perdida en la soñada bahía, en sus días de correrías.

Siempre que visito Santander, en el obligado transitar por el paseo marítimo, me detengo a mi paso por este grupo escultórico. No tengo ni una sola fotografía con ellos, sí muchas de ellos. De su mirar, de su horizonte, de su inerte expresión, de sus movimientos en quietud, de su estética… Tengo muy aprendido el escenario, pero con todo, me gusta respirar su aire de verdes y azules tonos. 












martes, 6 de diciembre de 2022

01074 El Turrón de Guirlache

 QUIÉN ME LO IBA A DECIR


Si me llegan a decir hace unos años que el turrón de guirlache formaría parte del listado de las cosas que me gustan, no daría crédito. Ni me gustaba ni me disgustaba. Si en las Navidades salía a la mesa, bien. Y si no, tampoco lo echaba a faltar. Digamos que me era indiferente.

Al contraer matrimonio, mi relación con este tostado dulce dio un giro de ciento ochenta grados. Las primeras Navidades ya casados, decidimos que Nochebuena y Navidad las pasaríamos en casa de mis suegros, y Nochevieja y Año Nuevo, con mi madre. En esa primera Nochebuena con mi nueva familia, tras la cena, salieron a la mesa los tradicionales turrones y entre ellos, el turrón de guirlache. Nada tenía que ver con el que yo conocía, presentado en pequeñas barras y envuelto en papel. Aquel iba desprovisto de "packaging" y cada trozo era de su padre y de su madre. Pasé de él, como había hecho siempre, hasta que fui informado de que había sido elaborado por Pedro, mi suegro. Como hombre cortés que me considero, cogí un trocito pequeño para degustarlo y luego otro, y después otro... hasta que escuché una voz, y no fue la de mi conciencia, que me dijo, "te va a sentar mal".

Desde aquellas Navidades, el turrón de guirlache de mi suegro, contra todo pronóstico, pasó a formar parte de mi imaginario navideño. Pedro ya no está con nosotros, pero sí el turrón que me enseñó a gustar. Ahora somos nosotros quienes lo elaboramos en casa, en su recuerdo.

La palabra guirlache proviene del francés "grillage", y se refiere a algo tostado. Este dulce navideño, típico de Aragón, está  hecho básicamente de almendras y caramelo solidificado, elaborado con miel o azúcar. Su origen se remonta a la Edad Media en la antigua Corona de Aragón, cuando los árabes estaban asentados en esta zona y que con el tiempo se extendería por toda España. Serían los franceses quienes lo popularizarían  en el siglo XIX.  

Para hacer turrón de guirlache hay tantas recetas como personas que las cocinan. Esta es la que en su día aprendí.

Ingredientes: 250 gramos de almendras crudas y peladas, 250 gramos de azúcar, una cucharada de miel y  bolitas de anís.

Elaboración: Tostar ligeramente las almendras en el horno a 200 grados centígrados. Dejar enfriar. Calentar la miel en un cazo a fuego suave y cuando entre en ebullición, añadir el azúcar. Remover continuamente con una cuchara de madera hasta conseguir que el azúcar se haga caramelo. Añadir las almendras poco a poco con el fin de que no se corte la ebullición. Mezclar bien y retirar del fuego. Extender las almendras sobre una superficie lisa y aplanar ayudados de un rodillo. Espolvorear las bolitas de anís y dejar enfriar. Cortar al gusto.







 










sábado, 3 de diciembre de 2022

01073 Las Sardinas con Tomate

UN OLOR MUY FAMILIAR


La cosa hoy va de antojo. Me apetecía que la cocina estuviera ad hoc con el día con el que hemos amanecido. Día invernal, casi navideño, húmedas calles e incluso algo de vaho al respirar. Hoy apetece recogimiento y generar familiares olores. Hay muchas alternativas, pero finalmente me he decantado por algo sencillo y que cumple a la perfección con esa apetencia con la que he iniciado la jornada: sardinas con tomate.

Será escasamente una hora de delicioso y suculento entretenimiento. Los primeros aromas con los que me quiero encontrar vendrán con el tomate casero. Abrir la tapa que lo atesora y acercarme el bote a la nariz es casi obligado. Me resulta un olor familiar, íntimo y seguro. Este pequeño placer para el sentido se verá incrementado cuando a la incipiente salsa de tomate se le añada la cebolla, los ajos y las especias. La ligera fritura enharinada de las sardinas acabará por rematar el escenario que perseguía cuando me he levantado. Parece todo tan natural y casi perfecto... Me he asomado a la terraza. Llueve. La gente va con prisas. Lo entiendo. No es día de pasear distraídamente, ni mucho menos de pararte para hablar al amparo de un paraguas. No resulta cómodo. Vuelvo con mi guiso. A fuego lento, sin prisas. Caliento mis manos sobre el vapor que emana. Todo está bien. Prueba superada.

Ingredientes: 1 kilo de sardinas, 750 gramos de tomate casero, una cebolla, tres dientes de ajo, aceite de oliva virgen extra, dos cayenas, harina y sal.

Elaboración: Limpiar las sardinas cortándoles la cabeza y sacándoles la tripa. Salpimentar las sardinas por fuera y por dentro. Enharinarlas y freír ligeramente en una sartén con aceite de oliva virgen extra. Reservar. Hacer una salsa de tomate, cebolla y ajo, como se tenga por costumbre, e incorporar un par de cayenas; una entera y la otra desmenuzada. Una vez que la salsa está lista, incorporar las sardinas que teníamos reservadas y cocinar durante unos seis o siete minutos. Retirar del fuego y dejar reposar. Mejor cocinarlas de un día para otro.







jueves, 1 de diciembre de 2022

01072 Los Viveros de Pescados y Mariscos

 JOYERÍAS DE LA GASTRONOMÍA


No me gusta ir de compras, ni de tiendas, ni ver escaparates, a no ser que alguno me llame mucho la atención. Sí, en cambio, me complace visitar los mercados de abastos de las localidades que visito, así como los viveros de pescados y mariscos que salen a mi paso. Me parecen lugares que tienen un encanto especial y una forma más de entretener los sentidos.

Por lo que respecta a los viveros, de los mercados municipales ya esgrimí mis sensaciones hace algunos cientos de entradas, los disfruto desde que pongo el pie en ellos, hasta que los abandono con el regusto del último olor. Me parecen lugares fascinantes tanto por la estudiada presentación de los productos, como por su generoso colorido, más allá del atractivo género expuesto y preparado para su venta.

Mi visita a los viveros es de mero "voyer". Disfruto solo con mirar. Este es mi conformar. Si mi memoria no me falla, creo que no habrán sido más de tres ocasiones las que he salido con alguna bolsa en mis manos de estas joyerías de la gastronomía. También es cierto que no tengo viveros a mano y que aprovecho estas visitas de deleite cuando he viajado.

No hay mucho más en este gusto, salvo algún recuerdo íntimo con alguien muy cercano y querido para mí, con quien compartí y aprendí de las peculiaridades de este tipo de establecimientos y cuyas últimas fotografías que hicimos juntos en un vivero recupero ahora para este caleidoscopio vital.







01071 Antes de Marchar

 ABECEDARIO


Antes de marchar, 
devuélveme las palabras
con las que forjamos nuestro ideal.
Aquellas que nos dieron alientos,
cuando la niebla
nos perdió en el bosque
de la ciudad amada.
Aquellas que nos dieron luz
en las noches de insomnio, 
en los días de dudas, 
en los silencios de espanto.
No te lleves ni una coma, 
ni un acento innecesario, 
ni una exclamación arrepentida,
ni un interrogante todavía no cerrado. 
Antes de marchar, 
devuélveme todo nuestro abecedario
para que pueda volver a empezar.