Este peculiar alimento de origen mexicano acostumbro a tomarlo en ocasiones excepcionales. No es muy frecuente en mi dieta, pero cuando me pongo, me pongo. Y es que son un auténtico vicio. Empiezas y no encuentras nunca el momento de parar.
Dicen que hay tantas formas de elaborar nachos como hogares mexicanos. Realmente, hay una lista interminable de recetas al respecto, si bien, nunca me los he planteado de otra forma: con guacamole o con cuatro quesos. También los he probado estos últimos con un fondo de salsa de tomate picante. Deliciosos. No obstante, después de ver la cantidad de recetas que existen en torno a los nachos, tendré que ir pensando en ampliar el repertorio.
Una de las personas que se encontraba en la mesa preguntó al hostelero cómo se llamaba, refiriéndose al plato servido, a lo que Ignacio Anaya contestó con su hipocorístico "Nacho". El plato fue incrementando su fama, quedándose con el nombre de "nachos".
No hay comentarios:
Publicar un comentario