sábado, 1 de septiembre de 2018

00787 Los Nachos

TOTOPOS


Este peculiar alimento de origen mexicano acostumbro a tomarlo en ocasiones excepcionales. No es muy frecuente en mi dieta, pero cuando me pongo, me pongo. Y es que son un auténtico vicio. Empiezas y no encuentras nunca el momento de parar.

Es el típico capricho para compartir en una entretenida reunión, frente al televisor viendo un derby deportivo, el festival de Eurovisión, una película del agrado de toda la familia o producto de un imprevisto antojo. Alguien dice, "me apetecen unos nachos", y curiosamente, todos los presentes se contagian de la apetencia.

Dicen que hay tantas formas de elaborar nachos como hogares mexicanos. Realmente, hay una lista interminable de recetas al respecto, si bien, nunca me los he planteado de otra forma: con guacamole o con cuatro quesos. También los he probado estos últimos con un fondo de salsa de tomate picante. Deliciosos. No obstante, después de ver la cantidad de recetas que existen en torno a los nachos, tendré que ir pensando en ampliar el repertorio.

El origen de estas tortillas de maíz fritas en triángulos es curiosa. Se cuenta que en la ciudad mexicana de Piedras Negras, en un pequeño restaurante llamado "El Moderno", llegaron varias esposas de militares estadounidenses después de haber cerrado el restaurante. El propietario del establecimiento, Ignacio Anaya, les preparó un plato con lo poco que tenía disponible en ese momento: totopos y queso. Totopos es el nombre que se le da en México a los trozos de tortilla fritos o tostados de textura crujiente. Acostumbran a consumirse en compañía de frijoles, salsas y guacamole.

Una de las personas que se encontraba en la mesa preguntó al hostelero cómo se llamaba, refiriéndose al plato servido, a lo que Ignacio Anaya contestó con su hipocorístico "Nacho". El plato fue incrementando su fama, quedándose con el nombre de "nachos".





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