ALMERÍA
Guardo más que un grato recuerdo de mi visita a este Parque
Natural Protegido. Fue, lo acabo de ver en la información que me facilitan las
imágenes, el 16 de julio de 2019, en compañía de familiares. Llegamos al atardecer,
después de patearnos bien el entorno y de empaparnos de su geografía desde el
punto de la mañana. Por lo que veo en mis anotaciones de aquel viaje,
comenzamos en la localidad de Carboneras, para hacer todo el recorrido hasta
llegar al Cabo de Gata por la carretera de la costa. Así, visitamos Agua
Amarga, Las Negras, La Isleta del Moro, Los Escullos, San José y Almadraba de
Monteleva.
Una vez en destino, me pareció haber llegado a un paraíso. Tenía
todo el paraje para mí, sin apenas gente. Creo que no me cruzaría con más de
una veintena de personas. Una de las cosas que más me llamó la atención, y que
todavía sigo recordando, fue su silencio. Una ausencia de sonido que apenas se
veía alterado por el devenir de las olas. Todo allí me pareció sereno y
tranquilo.
Sensaciones aparte, el Cabo almeriense de Gata está
emplazado en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. Alberga un gran
patrimonio ecológico, geológico, paisajístico, histórico y antropológico. El
origen volcánico de esta tierra le proporciona una particular orografía marcada
por dunas y zonas rocosas y escarpadas.
El Parque Natural Cabo de Gata fue el primer espacio marítimo-terrestre
protegido de Andalucía. Además, por su diversidad y las especies endémicas que
viven en él, también es Reserva de la Biosfera y Geoparque Mundial de la UNESCO.
No sé cuándo, pero volveré. Tengo la impresión de que todo
transcurrió muy rápido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario