OTRO PEQUEÑO GRAN PLACER QUE ANOTAR
Comiendo recientemente con unos amigos, precisamente al aire libre, uno de ellos comentó al hilo de esta cuestión, que a él, la comida en el exterior, le sabe diferente. Mucho mejor. Me le quedé mirando y sin ánimo de quitarle tan feliz momento, le hice observar que no es que la comida supiera diferente, es la misma y con los mismos sabores que la que se pueda comer en el interior. Lo que sucede, en mi humilde opinión, o por lo menos a mí me pasa, es que al ser la comida en un entorno no habitual, donde todo parece más distendido, y unido a que en este caso nos encontrábamos reunidos una alegre pandilla, parecía que las viandas dispuestas sobre la mesa tuvieran otro sabor. Pero no, era el mismo. Nosotros éramos los distintos.
Tras mi breve disertación, mi amigo se me quedó mirando con ojos como platos y me contestó: "Sí, sí, todo lo que dices está muy bien, pero a mí, la comida me sabe diferente". E hicimos unas risas.
Igual mi amigo tenga razón. O no. El caso, es que a todos los que en ese momento nos encontrábamos reunidos, nos encanta comer al aire libre. No hubo ni un voto en contra. ¡Unanimidad!
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