lunes, 8 de julio de 2024

01390 Las Berenjenas de Almagro

 DISTINTAS Y ESPECIALES


No hace muchos meses, hablando con mi querido y buen amigo Ángel sobre gustos culinarios, salió a colación la siempre agradecida berenjena. Tras mi loa sobre este, para mí, preciado fruto, Ángel, además de compartir esta apetencia, me habló de unas berenjenas muy típicas de su tierra natal, Ciudad Real. Me indicó que se trataba de una berenjena especial que se cultivaba en la comarca Campo de Calatrava y que, a él, siempre que la comía le transportaba a su infancia y juventud en casa de sus padres. Le escuché, como no podía ser de otra manera, atentamente e intentando imaginar cómo sería esa berenjena de tradición y que yo desconocía. Mi amigo prosiguió diciendo que esta hortaliza se consumía habitualmente en conserva y que tenía un sabor muy particular. Con las explicaciones y pormenores que me trasladó Ángel, me hice un poco a la idea, pero me faltaba probarla. No pasaron muchos días, que, en la primera oportunidad que tuvimos de comer juntos, se presentó con unas latas en conserva de tan preciado fruto.

Llegó el momento de verlas y de probarlas, y francamente, no me decepcionaron. Me serví un ejemplar y cuando lo iba a cortar con cuchillo y tenedor, Ángel me miró con cara de “espanto” y corrigió mi compostura. “Fernando, me dijo, se comen con los dedos. Haz como yo”. Vi como mi amigo cogía por el rabillo la pequeña berenjena y se la comía de un bocado. En un punto y seguido le imité. Me pareció un sabor curioso y lleno de contrastes. No alcancé a identificar el sabor de la berenjena ni tampoco las especias que llevaba. Tan solo pude reconocer el vinagre. Ángel buscaba mi mirada para encontrar mi aprobación, pero no la encontró. Con la segunda pequeña berenjena comencé a identificar sabores, más allá del vinagre. Intuí la presencia del ajo al que sumé el comino y el pimentón. No sé si llevaban algo más. No pude acceder a la lata que los contenía y ver los ingredientes. Ya, con la tercera y última, me familiaricé con su sabor, que acabó gustándome.

Y como suele acontecer cuando algo nuevo entra mi vida, busqué información al respecto. Leí que la “Berenjena de Almagro es el fruto de una variedad autóctona con características únicas”. Se cultiva en la zona del Campo de Calatrava desde “tiempo inmemorial”, dando lugar a un producto genéticamente único y distinto al resto de berenjenas del mundo. Llama la atención su pequeño tamaño y rara vez “superan el tamaño de un dedo pulgar”. Cuentan con la Denominación de Origen Protegida para garantizar que estas berenjenas siguen rigurosos estándares de calidad y tradición. Es muy típico también rellenarlas con pimiento asado.

Tomé buena nota de todo ello, para argumentar su inclusión en este caleidoscopio vital y aquí está.

 

 

 




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