"UNO DE LOS PUEBLOS MÁS BONITOS DE ESPAÑA"
Este caleidoscopio vital quiere llevarme a la atractiva y
encantadora Villa de Ansó, lugar declarado Conjunto Histórico-Artístico y uno de
“Los pueblos más bonitos de España”. Ajena
al paso del tiempo, se hermosea en el Pirineo aragonés más occidental, cerca del
límite con Navarra.
En la distancia, nada más ver la población, capitaneada por
su iglesia de San Pedro, algo te dice que la visita al lugar no va a
decepcionar. Y así es. Pasear por sus calles de piedra, salidas al paso, y
admirar la belleza de su cuidada y sólida arquitectura tradicional es todo un
aliciente, más que suficiente, para que en la despedida te lleves un grato recuerdo.
La visita a Ansó tiene que ser pausada, muy observante de
cuantos detalles jalonan el paseo por la pintoresca villa. No puede ser de otra
manera. Como cada lugar, Ansó tiene sus destinos obligados para conocer o
aproximarse a su patrimonio e historia. En este listado hay que escribir la
iglesia de San Pedro; un centro religioso del siglo XVI de gran volumen. “En su
estilo arquitectónico se perciben elementos defensivos, fruto de la conflictiva
época en la que se construyó el templo. En su interior conserva un interesante
retablo Mayor de estilo barroco. La torre medieval, del siglo XVI; uno de los
elementos más conocidos de la localidad. “Declarado Bien de Interés Cultural,
es el lugar donde, según la leyenda, permaneció presa la reina Blanca II de
Navarra, una ves desposeída del trono. Formó parte de una red defensiva
conformada por varios torreones construidos en los siglos XV y XVI,
relativamente convulsos en el Alto Aragón”.
Para conocer mejor la realidad local es imprescindible
visitar sus museos. Así, ubicado dentro de la iglesia de San Pedro, se
encuentra el Museo Etnológico y de Arte Sacro. “Se trata de una completa
colección de objetos etnográficos de la zona, desde trajes a telares, cerámica,
muebles y demás objetos tradicionales, que se complementan con importantes
piezas de carácter religioso que abarcan desde el siglo XVI hasta el XVIII.
Sirva de ejemplo la bula del papa Gregorio XIV en la que concede a Ansó la
patrimonialidad de la villa”.
Como broche final a tan atractiva visita, muy recomendable
comer los platos típicos de montaña en bares y restaurantes como el Berari, el
Dimboa o el Maiberallas, o en las bordas Arracona o Chiquín, antiguas casas de
campo, reconvertidas en sugerentes restaurantes donde degustar y disfrutar de unas
excelentes migas a la pastora o asados de carnes.
No es gratuito que Ansó sea “Uno de los pueblos más bonitos
de España”.
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