viernes, 19 de julio de 2024

01418 El Bar de Tapas Jurucha

 LUGAR HONESTO Y SIN FALSAS PRETENSIONES


No acostumbro en este caleidoscopio vital a traer marcas comerciales ni empresas, salvo que, por un motivo u otro, dejen en mí, un más que grato recuerdo y considere que tienen que formar parte de este interminable listado sobre las cosas que me gustan.

Es el caso del Bar de Tapas Jurucha, ubicado en el céntrico barrio de Salamanca de Madrid. Desconozco, si como dicen algunos, en este establecimiento hostelero se ofrecen las mejores tapas de la capital de España. Pero una cosa tengo clara: sus tapas son deliciosas y cuesta elegir entre las más de las 60 variedades que ofrecen. De hecho, desde el primer día que visité este templo de la tapa, no ha habido viaje a Madrid que no me haya acercado hasta este lugar.

Me resulta una taberna familiar y afable, incluso los días en los que la he visitado y no cabía un parroquiano más. Habitualmente, aquí terminan mis andanzas de la jornada, y cuando hablo de andanzas, me estoy refiriendo a caminar y patear la acogedora ciudad. Si mal no recuerdo, la última vez que estuve en Jurucha estaba molido. Me dolía hasta el blanco del ojo, tras realizar, según la app Salud del iPhone, algo más de 28.000 pasos.

A lo que voy. El Jurucha está ubicado en la calle Ayala, 19, frente al emblemático mercado de La Paz. Aunque sus orígenes se remontan al año 1940, realmente empezó “a ser Jurucha en 1962, cuando el negocio fue adquirido por la familia Viesca Gómez-Marthinho, quienes iniciaron esta larga tradición gastronómica desde sus orígenes de Madrid, País Vasco y Cantabria”.  Aunque el negocio comenzó como un lugar de aperitivos de marisco y frituras, no sería hasta algunos años más tarde, cuando se especializaría como bar de tapas y pichos. Según reza en su página web, “En los primeros años, el aperitivo consistía fundamentalmente en marisco y fritos. Posteriormente empezaron a elaborarse los «Clásicos» de Jurucha: Huevo con langostinos, taco de bonito, croquetas y tacos de quesos variados”.

En la actualidad, los canapés más solicitados son el del “Pajarito”, o lo que es lo mismo, un emparedado de atún con mayonesa, la ensalada alemana, merluza con mayonesa, alioli con langostinos, tres quesos, morcilla y las pencas de acelga o bacalao. Mención especial de la casa son la tortilla de patata, las croquetas de jamón y huevo, y las empanadillas.

De los 60 registros de tapas y canapés que ofrece el Jurucha, habré podido llegar a probar una veintena. Así, que todavía me quedan algunas visitas a este local “honesto y sin falsas pretensiones”.

 








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