LUGAR HONESTO Y SIN FALSAS PRETENSIONES
No acostumbro en este caleidoscopio vital a traer marcas comerciales
ni empresas, salvo que, por un motivo u otro, dejen en mí, un más que grato recuerdo
y considere que tienen que formar parte de este interminable listado sobre las
cosas que me gustan.
Es el caso del Bar de Tapas Jurucha, ubicado en el céntrico
barrio de Salamanca de Madrid. Desconozco, si como dicen algunos, en este
establecimiento hostelero se ofrecen las mejores tapas de la capital de España.
Pero una cosa tengo clara: sus tapas son deliciosas y cuesta elegir entre las
más de las 60 variedades que ofrecen. De hecho, desde el primer día que visité
este templo de la tapa, no ha habido viaje a Madrid que no me haya acercado hasta
este lugar.
Me resulta una taberna familiar y afable, incluso los días
en los que la he visitado y no cabía un parroquiano más. Habitualmente, aquí
terminan mis andanzas de la jornada, y cuando hablo de andanzas, me estoy refiriendo
a caminar y patear la acogedora ciudad. Si mal no recuerdo, la última vez que
estuve en Jurucha estaba molido. Me dolía hasta el blanco del ojo, tras
realizar, según la app Salud del iPhone, algo más de 28.000 pasos.
En la actualidad, los canapés más solicitados son el del “Pajarito”,
o lo que es lo mismo, un emparedado de atún con mayonesa, la ensalada alemana,
merluza con mayonesa, alioli con langostinos, tres quesos, morcilla y las
pencas de acelga o bacalao. Mención especial de la casa son la tortilla de
patata, las croquetas de jamón y huevo, y las empanadillas.
De los 60 registros de tapas y canapés que ofrece el
Jurucha, habré podido llegar a probar una veintena. Así, que todavía me quedan
algunas visitas a este local “honesto y sin falsas pretensiones”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario