FEDERICO GARCÍA LORCA
Acabo de encontrarme con el archivo de imágenes de la
representación de “La zapatera prodigiosa”, de Federico García Lorca, y que
subimos al escenario el 1 de diciembre de 2016. Revisando las instantáneas me ha
pasado lo de siempre; añoranza por los que se fueron del grupo, tristeza por
quienes nos dejaron para siempre y sonrisas por tan gratos momentos. Superado
este encuentro de emociones, he recordado cuánto significó esta obra para mí.
Se preparó en un momento muy, muy delicado en mi vida.
Estaba en el paro, no encontraba trabajo y nada quería salirme bien, entre
otras cuitas, lo que desencadenó en una profunda depresión. Y aquí lo voy a dejar.
En cuanto a esta obra teatral, que no me era ajena en aquel
momento, pues además de leerla cuando estudiaba bachiller, la había visto en
televisión interpretada por Natalia Dicenta y Roberto Álvarez, así como una
versión en danza, me parece una auténtica joya. Fue estrenada en Madrid en 1930
bajo la descripción “farsa violenta en dos actos”, y se trata de una de las
obras más destacadas de Federico García Lorca. Según Lorca, “Yo quise expresar
en mi 'Zapatera'... la lucha de la realidad con la fantasía (entendiendo por
fantasía todo lo que es irrealizable) que existe en toda criatura... No hay más
personaje que ella y la masa del pueblo que la circunda con un cinturón de espinas
y carcajadas... Lo más característico de esta simple farsa es el ritmo de la
escena, ligado y vivo, y la intervención de la música que me sirve para
desrealizar la escena y quitar a la gente la idea de que 'aquello está pasando
de veras', así como también para elevar el plano poético con el mismo sentido
que lo hacían nuestros clásicos».
García Lorca en “La zapatera prodigiosa” presenta la lucha
de una mujer entre su realidad y sus verdaderos deseos, dejando en evidencia
cómo el ser humano se debate entre aquello que le presenta el destino y lo que
él desea íntimamente desde lo más profundo de su alma. Los personajes viven, en
la mayoría de los casos, de cara al qué dirán los demás. En contraposición, se
encuentra la zapatera que intenta vivir libre bajo sus emociones, pero firme a
sus compromisos adquiridos, independientemente de la doble moral con la que
juegan el resto de personajes.
SINOPSIS
Al mismo tiempo, el zapatero, muestra una versión noble,
paciente y comprensiva del hombre, en contraposición del ser dominante dentro
de un matrimonio, según la época (y no tan alejado, desgraciadamente, de
nuestra realidad). Finalmente, en la distancia del matrimonio, ambos maduran,
reflexionan y profundizan en su propia personalidad y deseos, llegando a un
nuevo punto de encuentro en el que amarse y vivir en sintonía.
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