jueves, 4 de julio de 2024

01388 Tres Sombreros de Copa

 MIGUEL MIHURA


Traigo hasta este caleidoscopio vital una de las obras teatrales más emblemáticas del dramaturgo Miguel Mihura: “Tres sombreros de copa”. Fue su primera comedia, escrita en 1932, publicada en 1947 y representada por primera vez en 1952. Con anterioridad, Mihura había escrito tres obras teatrales a la limón con otros dramaturgos: “¡Viva lo imposible! o el contable de estrellas”, con Joaquín Calvo Sotelo; “Ni pobre ni rico, sino todo lo contrario”, coescrita con Antonio Lara; y “El caso de la mujer asesinadita”, junto a Álvaro de la Iglesia.

Esta comedia figura entre las más destacadas del teatro español del siglo XX​ y supondría una renovación del género, incorporando elementos que más adelante se encontrarán en el teatro del absurdo. Gracias a esta obra, entre otras, Mihura está considerado como uno de los mejores comediógrafos del teatro español del siglo XX.

“Tres sombreros de copa” se estrenó en el Teatro Español Universitario de Madrid, bajo la dirección de Gustavo Pérez Puig y contó con la participación del siguiente elenco de actores y actrices: Gloria Delgado, José María Prada, Agustín González, Juanjo Menéndez y Fernando Guillén, en sus principales papeles. Ese mismo año se produciría su estreno comercial en el Teatro Beatriz de la capital de España. En aquella ocasión, estaría representada por Luis Prendes, María Luisa Romero, Agustín González, José María Prada y Vicente Parra.

La obra transcurre en la habitación de un hotel de provincias. Allí concurrirán, Dionisio, un funcionario cursi, tímido, sin voluntad, aferrado a los convencionalismos sociales y que solo aspira a un matrimonio también convencional; Paula, una joven muchacha, bailarina del ballet de Buby Barton. Una chica sencilla, alegre y soñadora, que trata de escapar con su fantasía e ingenuidad de Buby y de lo que este representa de servidumbre y vejación; y Buby, director del Music Hall. Un hombre con dos caras, la del bohemio y la del hombre convencional y burgués.  

Mi emocionado recuerdo para Ana Rosa Bello,
fallecida recientemente.
El argumento de la obra es bien simple, aunque no exento de reflexión. Dionisio, tras siete años de noviazgo, está a punto de casarse con Margarita, virtuosa señorita, dos años más joven. La noche previa a la boda, Dionisio conoce en el hotel donde se hospeda a Paula, una atractiva señorita que trabaja en una compañía de revistas. Gracias a ella, descubre una manera distinta de vivir y de entender el mundo. El desenlace final lo dejo para la lectura de esta excelente obra en la que Mihura plantea, a través de sus personajes, la alienación social, una crítica a la convenciones e hipocresías sociales, la soledad o la búsqueda de identidad. Una obra que desafía las convenciones sociales y provoca una reflexión profunda.

Con el grupo de teatro leído y dramatizado al que pertenecí durante más de una década, tuve la oportunidad de subir al escenario varias obras de Mihura: “El caso del señor vestido de violeta”, “¡Sublime decisión!”, “Carlota”, “Melocotón en almíbar”, “Milagro en casa de los López” y “Tres sombreros de copa”, en la que daba vida a Dionisio. Todas las obras me encantaron y disfruté mucho con ellas, pero esta última me pareció un auténtico lujo por su originalidad, humor, sus absurdos diálogos y puesta en escena. No me importaría volver a subirla a un escenario. Guardo un gratísimo recuerdo. De momento, la he vuelto a leer y disfrutar con ella. 




Mi compañera de reparto y amiga Asun Sierra, que interpretó a la mujer barbuda, y quien tras su también reciente fallecimiento, dejó en mí una huella imborrable. Os echo mucho en falta Ana Rosa y Asun. 


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