miércoles, 24 de julio de 2024

01435 La Venganza de Don Mendo

PEDRO MUÑOZ SECA


Observo con cariño, no puede ser de otra manera, las imágenes de la representación de “La venganza de Don Mendo”. Fue en la tarde del día de San José de 2014, con motivo, precisamente de las fiestas del barrio de San José de la capital oscense. Era la segunda obra, la primera fue con “El caso del señor vestido de violeta”, de Miguel Mihura, que interpretaba con el Aula de Teatro y Poesía. Y como dice la canción de “Presuntos implicados”, “Cómo hemos cambiado”.

Nostalgia aparte, fue una representación deliciosa y con un patio de butacas a rebosar. Divertidísima, y todo el grupo entregado para dar un buen espectáculo. La verdad es que la obra, escrita por Pedro Muñoz Seca, tiene todos los ingredientes para garantizar la sonrisa y hasta la carcajada. Sí, lo tiene todo, curiosa trama, humor, tragedia, -muere hasta el apuntador, tal y como se acostumbra a decir-, engaño, unos diálogos en verso desternillantes, burla amable y nada soez…

Conocía ya la obra, tanto en la versión cinematográfica, que dirigiera e interpretara en 1961 el inolvidable Fernando Fernán Gómez, como la obra teatral, emitida en televisión, en el legendario Estudio 1 de TVE, y protagonizada por Tony Leblanc, con Gemma Cuervo, Fernando Guillén y Antonio Ozores, entre otros muchos actores y actrices.

Representarla fue un auténtico sueño. A pesar de ser la segunda vez que me subía a un escenario después de 40 años, y salvo los primeros minutos, me sentí cómodo y resolutivo, aunque algo incómodo por temor a no saber retener la risa ante el humorístico juego de palabras que se dan en la obra o las situaciones cómicas, y también trágicas, que se van produciendo a lo largo de la venganza. Un auténtico alarde de obra teatral.

“La venganza de Don Mendo” es una comedia medieval, escrita en verso, del género del astracán, género de teatro cómico cuya finalidad exclusiva es hacer reír, fundamentalmente por medio de situaciones disparatadas y uso constante del chiste. Está dividida en cuatro jornadas en las que se desarrolla una divertida trama protagonizada por Magdalena, hija de Don Nuño Manso de Jarama, y su enamorado Don Mendo, un noble pobre con el que mantiene relaciones secretas. El padre de la joven decide casarla con Don Pero Collado, un rico privado del Rey, y Magdalena, que quiere ascender socialmente, acepta sin decirle nada ni a Don Mendo ni a su prometido. Y hasta aquí puedo escribir.

Estrenada en el Teatro de la Comedia en 1918, está considerada como una “obra fundamental de la literatura española del siglo XX”.

PEDRO MUÑOZ SECA (1879 Puerto de Santa María (Cádiz)/1936 Paracuellos de Jarama

Pertenece a la Generación del 14 o Novecentismo. Cursó estudios de Filosofía y Letras, y Derecho en la Universidad de Sevilla, donde conoció el mundo del teatro y estrenó sus primeras piezas en 1901.

En 1904 se trasladaría a Madrid, donde estrenaría su primera obra en el Teatro Lara, “El contrabando”, ejerciendo, además de profesor de griego, latín y hebreo, hasta que empezó a trabajar en el Ministerio de Fomento unos años más tarde. Entre 1910 y 1920 se consolidó como autor teatral, creando un nuevo género llamado astracanada, en el que se busca la comicidad a toda cosa. Su obra más importante dentro de este género fue “La venganza de Don Mendo”, aunque escribió muchas que llenaban los teatros, no recibió buenas críticas.

 A partir de 1931 sus comedias se centran en ridiculizar la República, como “La voz de su amo”, “Marcelino fue a por vino”, “El gran ciudadano” o “Anacleto se divorcia”, entre otras, que tuvieron una gran acogida por el público, aunque no demasiada entre los objetivos de sus críticas. Cuando estalló la Guerra Civil fue encarcelado y fusilado en Madrid por decisión de uno de los tribunales populares, acusado de tener ideas monárquicas y católicas.

 

 

 







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