BELLEZA Y TOXICIDAD
No hace mucho, hablando con una amiga sobre nuestro común gusto por las plantas, le comenté que una de mis muchas favoritas era, precisamente, la adelfa. Nada más escuchar el nombre de la planta, puso cara de tanto horror, que hasta yo mismo me asusté. Me dijo que tuviera cuidado por ella porque era una planta muy venenosa.
Cuando llegué a casa, lo primero que hice, alertado por mi amiga, fue mirar los pormenores y característica de la adelfa. El primer titular que leyeron mis ojos fue el siguiente: "Adelfa, una de las plantas más bonitas y a la vez más venenosas del mundo". Continué informándome y todo eran excelencias de tan bella planta, hasta que llegué al apartado que explicaba acerca de la toxicidad de la planta. Venía a decir que una de las desventajas de las adelfas era su toxicidad, aunque para ello "tenía que ser ingerida". Me tranquilizó este extremo. Seguí leyendo. "La adelfa posee glucósidos cardíacos como oleandrina y nerioside, que pueden provocar un paro cardíaco". Lo que faltaba, pensé. "Pueden producirse envenenamientos en niños o mascotas por masticar sus hojas, sus tallos o sus flores, ya que toda la planta es tóxica. Además, tampoco se puede utilizar su madera para barbacoas o similares, puesto que el veneno no se destruye ni por el contacto con el aire ni por el calor".
No hay comentarios:
Publicar un comentario