DE ARNEDO
Jara lo ha vuelto a hacer. Siguiendo su agradecida
costumbre de traernos algo rico cuando se va de viaje, en esta ocasión, nos ha
obsequiado con un dulce tradicional de mi querida tierra riojana. Nos cuenta que
en su estancia en Logroño preguntó por algo dulce típico del lugar y los amigos
riojanos con los que se encontraba, no dudaron en señalar que se hiciera con
unos fardelejos.
En casa no los conocíamos y no tardamos mucho en hacerles los honores. No creo que pasaran ni quince minutos desde que Jara nos ofreciera
la caja que guardaba tan grato dulce, que ya dábamos cuenta de ellos. Nos
parecieron una delicia. Tanto, que cayeron en un abrir y cerrar de ojos. Estoy
convencido de que, si hubiera habido dos cajas, las dos hubiesen corrido la
misma suerte. No dudé ni un segundo, que tenían que pasar a formar parte de las
diez mil cosas que me gustan.
Tanto me gustaron, que no tardé tampoco mucho tiempo en
averiguar si eran sencillos de elaborar. En un libro de repostería encontré una
receta que no me pareció muy complicada y es la que comparto a continuación.
Todavía no la he puesto en práctica. Esperaré a las próximas Navidades, no vaya
a ser que le coja el gustillo.
Ingredientes: Para la masa: 500 gramos de harina, 200 ml
de agua, 200 ml de aceite de oliva y un poco de sal. Para el relleno: 500
gramos de almendras peladas o ya trituradas, 500 gramos de azúcar y 200 ml de
coñac o brandy.
También se puede emplear masa de hojaldre ya preparada.
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