SIEMPRE HAY UN PLAN B
Mi idea inicial era, haberles hincado el diente en bocadillo, con pan con tomate. Ni sé el tiempo que no me como un bocadillo de esta guisa. La boca se me hace agua solo de pensarlo. Pero cuando tenía el mollete entre mis manos para abrirlo por la mitad, me he arrepentido. Otra vez el arrepentimiento. Próximamente, tengo un acontecimiento familiar importante y hay que presentarse lo más fino posible. Bueno, en realidad, hay que entrar cómodo en el traje.
El caso, es que como ya había abierto el bote, cerrarlo sin catar las anchoas, me ha parecido una soberana tontería. Así, que he ideado un plan b con lo que he encontrado por el frigorífico; unas hojas de lechuga, unos tomates cherrys y un aguacate. Más que suficiente para acompañar a las siempre deliciosas anchoas de Santoña. Un chorrito de aceite de oliva virgen extra para culminar la faena y sin sal, salvo la que aportaba la anchoa.
El aguacate cortado a láminas, ha servido de buen colchón al enrejado de anchoas que he formado. Vale, el plato no se puede comparar al bocata con pan con tomate y anchoas previsto en un principio. Pero este no está nada mal. Y es que a los que nos gustan las anchoas, hasta a palo seco. No obstante, en cuanto pase el acontecimiento familiar que tengo a la vista, lo celebraré en plan tranquilo con ese bocata y las anchoas que he dejado en el frasco con ese propósito.
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