UN SOL DE TAPA
Posibilidades para inaugurar estos deseados aperitivos hay un ciento, pero me apetece poner sobre la mesa algo que imite al sol que nos acompaña y que, particularmente, tanto necesito.
Visionando fotografías de las Nocheviejas en multitudinaria familia, y que como ya he comentado en algún momento de este caleidoscopio vital, organizamos a base de tapas, he visto una que viene que ni pintada. No recuero a quien corresponde su autoría, pero la recuerdo exquisita. Se trata de un sencillo montadito sobre pan tostado con gulas y huevos fritos de codorniz. La tapa no tiene mucha explicación. Tostar rebanadas de pan y colocar sobre ellas unas gulas, cocinadas con un poco de aceite, unas láminas de ajo y unas cayenas, y coronar el montadito con un huevo frito de codorniz. Así de sencillo. Un sol de tapa, a la que acompañar con una cerveza o un vino blanco bien fresquitos.
¡Qué ganas tenía de recuperar las buenas costumbres, pardiez!
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