martes, 21 de mayo de 2024

01349 Las Roscas de Pan Rellenas

 CARGADAS DE GRATOS RECUERDOS


No hace mucho tiempo, me reencontré con la rosca de pan rellena. Otra vez tengo que remontarme a la infancia de mis hijas, cuando la comí por última vez. Y de esto hace ya algunos añitos. 

Me encantó en su momento y ahora, me sigue pareciendo deliciosa. En aquellos años a los que hago referencia, acostumbrábamos a degustarla los sábados para cenar. Sin decirlo abiertamente, era nuestro premio a la reunión en familia. Para mí, fueron años difíciles en los que mi vida era una entrega sin tregua a la radio. Raro, muy raro, era el día entre semana que podía cenar con ellas. Así que, llegado el fin de semana, también, raro, muy raro era, que no los pasara por completo con las niñas. 

La cena de los sábados acostumbraba a ser algo festiva y sacábamos a la mesa platos y alimentos que, sobre todo, les gustaban a Loreto y Jara. Había un largo listado de cosas que les satisfacían, y que yo recibía también con sumo agrado. Una de estas era, precisamente, la rosca de pan rellena y cuyo hueco, rellenábamos de patatas fritas. Todavía alcanzo a visualizar sus caras de asombro y de felicidad. Habitualmente, la rosca era de jamón, que es la que más les gustaba. No dejaba de ser un bocadillo, pero un bocadillo muy especial y que ahora recojo en este caleidoscopio vital con una sonrisa llena de añoranza. Y hasta aquí voy a escribir.

Y como todo en esta vida tiene un principio, la primera vez que conocí la rosca de pan rellena fue en Barcelona, cortesía de mi hermana María Engracia. Cuando íbamos a visitarla, siempre nos tenía guardada alguna sorpresa gastronómica. En una ocasión, y también para cenar, nos obsequió con unas deliciosas roscas rellenas de diversos embutidos. Me parecieron un escándalo de buenas, crujientes y sabrosas. 

Como ya he comentado en alguna ocasión, la cocina y los alimentos están cargados de recuerdos. Y la rosca de pan rellena tiene escritos unos cuantos. 



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