UNA CUESTIÓN DE EMOCIÓN
solo queda mirar, sentir y vagar.
Mirar la grandeza de lo que es pequeño.
Sentir ser parte de un paisaje
que te acoge, a cambio solo de respeto.
Vagar al son de una contagiosa música
que llega de lejos.
Cuando las palabras se ausentan,
llega el instante de la emoción.
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