miércoles, 30 de septiembre de 2015

00130 Las Carreras de Caballos de Sanlúcar de Barrameda

CUANDO LA PLAYA SE CONVIERTE EN HIPÓDROMO

Cada año, durante el mes de agosto, y dividido en dos ciclos de tres días cada uno, al caer la tarde y aprovechando la bajamar, se celebran en la playa de Sanlúcar de Barrameda unas populares carreras de caballos, consideradas como Fiesta de Interés Turístico Internacional. Si a la belleza del espectáculo hípico le sumamos un singular paraje, como el de la playa sanluqueña, el resultado no puede ser más sugerente.


El improvisado y perfectamente organizado hipódromo playero ocupa 20.000 metros cuadrados. En el recinto se ubican taquillas de apuestas, instalaciones acondicionadas para caballos y jinetes y todo lo que un hipódromo convencional puede ofrecer para la disputa de carreras. 
Este acontecimiento anual constituye no solo un evento deportivo en el que compiten importantes cuadras y reconocidos jinetes que pugnan por los cuantiosos premios en metálico que donan las empresas, entidades e instituciones de la zona, sino también social como pude comprobar en su última edición.

Conocía de su existencia a través de algunos reportajes que había podido leer. La casualidad quiso que este verano tuviera la oportunidad de ser partícipe de tan curioso acontecimiento que superó todas mis expectativas. Bueno, casi todas. Me falló una que nada tiene que ver con el evento. Ingenuo de mí, pensé que podría hacer fantásticas fotografías. El escenario no podía ser más apropiado, y para mí, descontextualizado: playa, caballos, mar, jinetes, bañistas, sombrillas, barcas... La primera línea de espectadores se encontraba algo alejada del lugar por donde transcurrían las carreras y el objetivo fotográfico que llevaba era bastante limitado. Así que me tuve que conformar con algunas imágenes para salir del paso. Además, al igual que no se puede estar en misa y repicando a la vez, tampoco se puede estar al mismo tiempo en la playa, en el club social, viviendo el ambiente de las apuestas, disfrutando del galopar de los caballos, tomar una caña con la familia o escuchando una entrevista al cantante sanluqueño David de María que le hizo la emisora oficial a escasos metros de donde en ese momento me encontraba.

Todo me pareció curioso y atractivo. Las carreras, el ambiente, la gente, el acontecimiento en sí y la puesta de sol que se apoderó de la playa e impregnó mi retina.













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