Espectáculo, emoción y ensueño. El mar se viste de fiesta para despedir la tarde y de plata para adormecer la noche. Quietud y calma. Esmero silencio para tejer el agua. Que nada turbe, que nada inquiete, que nada pase. Si acaso algún pequeño velero deseoso de llegar a puerto.
La fábrica de embelesar inicia el laboreo. Primero una gran mancha blanca. Después finas líneas de nácar y lentejuelas de plata. Todo ya es luz, todo es inmenso y etéreo. Todo es remanso y bello en el mar abierto.
Silencio. Pronto llegará la noche para robar el vestido de plata. Será tarde. El mar guardará sus ropajes para otro mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario