Este simpático calzado está estrechamente relacionado con el periodo vacacional y festivo de mis días. Su adquisición anual se viene realizando desde los años en los que no me alcanza la memoria. Siempre llegado el mes de agosto, en sus primeros días, a las puertas de las fiestas de San Lorenzo, e incluso el mismo día 9, horas antes de que el sonido de un cohete anuncie que la Ciudad de Huesca está en fiestas. Espardeñas siempre en blanco, habitualmente de tejido liso y ocasionalmente, el denominado de espiga. Si las del año anterior no están maltrechas, en verde. Y si estoy de antojo, además de en blanco, en azul, beig, verde oscuro, moradas e incluso en alguna ocasión, negras. Y siempre en Calzados Moreno, por seguir la tradición.
Zapatillas no caras y de largo recorrido. Su puesta en mis pies anuncian estío. Camisa o camiseta, pantalón vaquero y zapatillas. En cuanto al color del socorrido calzado, dependerá del muestrario superviviente del año o incluso de los últimos años. Si hay prisa, modo talón. Si los pasos y las horas no cuentan, modo chanclas. Así de sencillo, como son ellas.
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