Es otoño. Hay silencio en el paraje. Ni una voz, ni un ave. Apenas se escuchan nuestros pasos entre pinares y hayedos. Es hermoso el paisaje y liviano el camino. Todo es asombro en este nuevo cobijo de silencios, de suaves contrastes teñidos de ocres y amarillos, de luces y sombras entre árboles de tronío.
A nuestra izquierda una señal, una flecha, Corona los Muertos, se puede leer. Una breve subida, unos pocos metros y parece que hubiésemos cambiado de cuento. Una informal alfombra de hojarasca rompe el silencio acostumbrado de nuestros pasos callados y el verde de lápiz Alpino pinta de verdor la estancia. Comienzo a tener frío en el húmedo yacimiento. Curiosidad, misterio e intriga en una hermosa mañana otoñal. Apenas un bosquejo de luz en el bosque de ánimas.
El yacimiento arqueológico Corona de los Muertos se ubica al fondo del Valle de Hecho, a unos 1.100 metros de altitud. Para llegar hasta aquí deberemos coger una pista que arranca a mano derecha del antiguo camping de Oza. Tras caminar unos metros, tomaremos un sendero a mano izquierda, señalizado, cruzaremos un pequeño puente de madera sobre un riachuelo y después de subir una ligera cuesta, habremos llegado a la parte alta del yacimiento. La duración del recorrido desde el camping es de apenas 15 minutos. Las coronas están protegidas por un cercado de madera y existe un panel explicativa del yacimiento.
Leo que "este hallazgo arqueológico es un eslabón más de una rica ruta megalítica de Aragón, que incluye también varios dólmenes y menhires en el vecino valle de Guarrinza. Aquí, 120 círculos de piedra repartidos por la arboleda son la excusa perfecta para adentrarse en sus entrañas en usca del DNI de nuestros antepasados. Estos círculos comenzaron a construirse, según los estudiosos, desde finales del Neolítico y los ejemplares más recientes son de la primera Edad del Hierro (3.000-500 antes de Cristo). Como al conjunto de construcciones megalíticas, en principio se les atribuyó un significado funerario. Pero la ausencia de restos de cenizas o cistas (enterramientos de piedra primitivos) han obligado a los arqueólogos a hacerse muchas preguntas. La respuesta más unánime es que se trataría de restos de cabañas construídas con pieles y piedras, el refugio de nuestros antepasados en la espesura del bosque pirenaico durante los periodos estivales, cuando se trasladaban a estos parajes para que pastara su ganado.
Sin embargo, una teoría más atractiva para la imaginación del viajero, defendida por el historiador Antonio Ubieto, sugiere a la vista del hallazgo de restos de armas del Medioevo, que nos podríamos encontrar en el lugar donde se desarrolló, el 15 de agosto del año 778, la mítica batalla de Roncesvalles en la que la retaguardia del Ejército de Carlomagno fue sorprendida en una emboscada por tropas de vascones. La hazaña fue inmortalizada en la célebre Canción de Rolando. El viajero, siempre dispuesto a mostrarse condescendiente con la leyenda, prefiere pensar en que, quizá, por aquí corretearon asustados los 20.000 soldados francos perseguidos por los bravos vascones (aunque la hipótesis más ortodoxa señala el desfiladero de Valcarlos como el lugar donde se libró la contienda)". Fuente, Viajesalpasado.com
El yacimiento Corona de los Muertos forma parte de la Ruta Megalítica que ofrece el Centro de Interpretación del Megalistimo Pirenaico y de la Val d'Hecho.
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