Hace días que quiero traer hasta este blog el restaurante L'usuella. El nombre es bonito en sí, suave al oído y sugerente. Desconozco si tiene algún significado. Si lo tiene, no he sabido encontrarlo. Creo recordar, igual estoy confundido, que es el nombre de un paraje o barranco que se encuentra en las proximidades de Salas Bajas, localidad donde se localiza el establecimiento hostelero.
Lo regenta Jorge Zanuy, el hombre orquesta del restaurante. Es un tipo curioso de no menos curiosa existencia. Conocí a Jorge en el último certamen del Concurso de Tapas de Huesca. Junto con Mariví Marco formamos uno de los grupos del jurado. Probar y valorar en dos semanas más de setenta tapas dan mucho de sí. Fueron muchas horas de compadreo, de intercambio de experiencias y dio la casualidad de que a los tres nos gusta hablar. Cuando acabó el concurso tuve la impresión de que tanto a Mariví como a Jorge los conocía de toda la vida.
En la despedida decidimos con Mariví que iríamos a conocer su nuevo restaurante. Pasadas las navidades, así lo hicimos. A primera vista, sorprende. No me lo imaginaba de tal factura por más pormenores que nos fue trasladando Jorge. Es un establecimiento amplio y acogedor. Sin grandes lujos pero con certeros detalles. Huele a dedicación, a ilusión, a trabajo por agradar a la gente y a grandes expectativas.
Los vecinos de Salas Bajas y redolada pueden estar de enhorabuena con la llegada de Jorge al frente de L'usuella. Les esperan gratificantes e innovadoras propuestas gastronómicas a precios muy razonables junto a un contertulio fuera de lo habitual.
Desde aquel día no he vuelto a ver a Jorge. No veo a casi nadie. Desde este blog quiero desearte, Jorge, que en el L'usuella y en Salas Bajas, encuentres junto a tu familia tu tierra prometida. Me alegraré, tal y como hago con los éxitos de mis amigos.
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