SENCILLO Y GRATIFICANTE
Sabroso, sencillo, gratificante, equilibrado, apetitoso... son algunas de las cualidades con las que me gusta definir este humilde manjar. Un plato que solemos comer en casa en esos días improvisados de poca apetencia pero con gusanillo en el estómago. Plato, por otra parte, por el que los cuatro compartimos cierta predilección.
No hay pereza en su elaboración, y si la hubiera, valdría la pena vencerla. Unas patatas al vapor, así nos gustan, bien de lacon, buen aceite de oliva, pimentón de la Vera en sus dos variedades, dulce y picante, y sal gorda. Sencillo a más no poder.
El lacón es un derivado cárnico oreado cuya elaboración pasa por las fases de salazón, incorporación por presión de sal común y sales nitrificantes a la masa muscular, lavado, asentado y secado u oreo. Constituye una buena fuente de proteínas. Su composición nutricional es similar al de la paletilla, y como tal presenta, alrededor del 20%, y menos proteína que el jamón curado.
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