LA MÁS SOLICITADA
De nuevo, las croquetas vuelven a ser motivo de atención y
debate en el café mañanero. Si hace unos días el “gran dilema” fue si mis
contertulios las preferían redondas o alargadas, en esta ocasión, la cuestión
ha sido el sabor preferido. De los cuatro que hemos participado en semejante y
deliciosa decisión, tres, sin dudarlo, se han decantado por las de jamón, y yo,
después de mucho dudar, me he pronunciado con un lacónico “a mí es que me
gustan de cualquier manera”.
Lo cierto es que nunca me había planteado semejante cuestión.
Si están bien elaboradas, me gustan de todos los sabores. Y mira que las he
probado bien variadas y algunas bien extrañas. Mis compañeros de café no lo han
dudado ni un segundo. Yo, sigo dándole vueltas y es que me gustan de cualquier
manera. Posiblemente, si tuviera que elegir a vida o muerte, me decantaría por
las de jamón, o por las de queso, o de pollo, o de boletus…. ¡qué follón! Tic,
tac, tic, tac, se acabó el tiempo. Estoy muerto.
Mis contertulios de café han dado en el clavo. Pero vamos,
yo sigo en mis trece. Pon delante de mí una buena croqueta, que nunca
preguntaré de qué sabor es antes de probarla.
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