sábado, 22 de junio de 2024

01375 El Salmorejo con Langostinos

 Y ALMENDRA MOLIDA


Hace unos días que abrimos en casa la veda de salmorejos y gazpachos. Platos de cuchara, -en cualquier época del año hay que tener en cuenta la cuchara-, sencillos, rápidos de cocinar, refrescantes, sabrosos... y que siempre viene bien tener en el frigorífico.

No es la primera vez que traigo hasta este caleidoscopio vital al salmorejo, en distintas y anecdóticas variantes. En esta ocasión, este refrescante y delicioso plato, viene con dos sustanciales cambios en nuestra rutina. De una parte, la incorporación de los langostinos, en lugar de servirlo con trocitos de jamón y huevo duro, tal y como acostumbramos hacer. La presencia del fresco crustáceo la da al plato un toque más festivo, o por lo menos, este es el parecer de mis ojos, además de contrastar a la perfección con los ingredientes del salmorejo.

La otra novedad es la sustitución de un ingrediente por otro a la hora de cocinarlo. Me explicaré. Hace unos días, una amiga nos dio a probar un salmorejo y no pareció algo espectacular. Lo noté algo distinto al que elaboramos en casa. Aparentemente, era muy similar al nuestro. Pero con todo, tenía algo en su sabor y textura que se nos antojó diferente. Después de dar buena cuenta de la ración servida y de otra más de propina, insisto que me pareció excepcional, pregunté a la anfitriona por los ingredientes que llevaba su salmorejo y que tan gratamente impactado nos dejó. La respuesta fue escueta y también de impacto: "los mismos que cualquier salmorejo, salvo que en lugar de miga de pan, lleva almendra molida". Solo pude pronunciar un ¡Toma ya!, que me salió del alma. Desde aquel día, todos los salmorejos que hemos cocinado en casa, han seguido las directrices de nuestra amiga.

Ingredientes para 6 personas: 1 kilo de tomates, 100 gramos de almendra molida, 150 ml de aceite de oliva virgen extra, 1 diente de ajo, 4 cucharadas de vinagre de vino blanco y sal al gusto.

Elaboración: Lavar los tomates y quitarles el corazón. Cortarlos en trozos y triturar. Añadir el diente de ajo cortado a trocitos, la almendra molida y el vinagre. Volver a triturar. Añadir finalmente el aceite de oliva virgen extra y volver a mezclar hasta que quede una mezcla fina y homogénea. Introducir en el frigorífico y servir bien frío. 

Se puede acompañar el salmorejo con huevo duro y taquitos de jamón serrano, o bien, con unos langostinos pelados, por ejemplo. 




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