DE VUELTA A MIS ANDADAS
las brisas que tomé prestadas
y las olas que almacené en mis ojos,
mientras la luz del sol dibujaba purpurina en sus alas.
Recuérdame que mañana te traiga
mis despistados pasos sobre la arena
y una línea del horizonte,
que me pareció quebrada, allá,
a lo lejos, de un mar en calma.
No me recuerdes que te devuelva
mi paz necesitada.
Ella no, que sigue cobijada en mi alma.
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