jueves, 6 de junio de 2024

01365 Las Achiras

 CANNA INDICA


Cuando he soñado con un jardín, -ese jardín que a estas alturas de la vida nunca tendré, pero con el que sigo soñando e imaginando-, lo veo repleto de achiras. Desde que las viera por primera vez, me dejaron prendado. Altas e impresionantes, las Cannas, como así también se las denominan, presentan un atractivo aspecto cuando están agrupadas.

Sus hojas son grandes, en forma de lanza, de color verde o tintadas de púrpura, lo que les confiere una especial y distinta belleza. Sus grandes flores tubulares, en rojos o amarillos vivos, forman unos atractivos ramilletes en el extremo de los tallos durante el verano.

Las imágenes de achiras que ilustran esta entrada, fueron tomadas hace unos cinco años en el jardín de un pequeño hotel rural en la provincia de Granada. El jardín era grandioso y espectacular, bien cuidado y con un atractivo especial. Había distintos caminos flanqueados por plantas, árboles y arbustos de todas las clases, así como un jardín de verano y otro de invierno, con pérgolas incluidas. Me fascinó. Algún día, si me acuerdo del nombre del hotel, lo traeré hasta este caleidoscopio vital.

En mi paseo por el jardín, hice fotografías a decenas de especies, pero las que se llevaron la palma fueron las achiras. Estaban en todo su esplendor, con unas flores de llamativo y atractivo color rojo. Y seguí pensando que, el día que tuviera un jardín, sin duda, y mira que es difícil la elección, las achiras estarían en lugar privilegiado. Es o no es para tenerlas en cuenta. 




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