viernes, 14 de junio de 2024

01372 Los Callos a la Madrileña

 Y EN CAZUELA DE BARRO


Ya he dejado constancia en este caleidoscopio vital mi gusto por los callos. Pero esta nueva entrada tiene un plus y el apellido de “a la madrileña”; un plato típico de la gastronomía de la capital de España, que goza de una gran fama por méritos propios. En mi caso, no hay ocasión que viaje hasta esta acogedora y gran urbe, que en algún momento lo dedique a recrearme con tan tradicional delicia. Los he degustado en diferentes bares, tascas y tabernas. Decir dónde he comido los mejores callos en Madrid me costaría. Así, que lo dejaremos en un “todos buenísimos y ningunos malos”, hasta la fecha.

Se trata de un plato que, aunque nació en las tabernas, ha acabado registrándose en afamados restaurantes de la capital. Si bien su origen es desconocido, a finales del siglo XVI y principios del XVII, en el libro de Guzmán de Alfarache, de Mateo Alemán, ya se menciona el plato de callos como “revoltillos hechos de las tripas con algo de los callos del vientre”.

Por norma general, los callos se sirven en cazuela de barro, bendita cazuela de barro, y van acompañados de jamón, chorizo y morcilla. A mano, un buen pan y un mejor vino. Y a comerlos plácida y lentamente, en honor a su cocinado.

Como ya comenté en algún momento en este blog, nunca he elaborado callos en casa, -en mi unidad familiar solo me gustan a mí-, pero tengo controlada una receta por si las moscas.

Ingredientes: 1 kilo de callos de ternera, 2 chorizos, 2 morcillas, un trozo de jamón serrano, 2 trozos de panceta, 2 guindillas, ½ cucharada de pimentón dulce, ½ cucharada de pimentón picante, 2 cebollas, 4 dientes de ajo, 1 hoja de laurel, 250 ml de tomate frito, aceite de oliva virgen extra y sal.

Elaboración: Limpiar bien los callos y cortarlos en trozos no muy grandes. Se aconseja limpiarlos el día anterior y dejarlos en el frigorífico con agua hasta la hora de cocinarlos. Cocer los callos en una olla con abundante agua, sal y una hoja de laurel. Dejar cocer durante unas 4 horas a fuego medio. Una vez que observemos que los callos están ya tiernos, escurrir y reservar el agua de la cocción. Devolver de nuevo los callos a la olla y agregar el jamón, la panceta, un chorizo, una morcilla y cocinar a fuego bajo, mezclando de vez en cuando. Mientras tanto, en una sartén con aceite de oliva virgen extra, incorporar la cebolla picada, los ajos en láminas y la guindilla. Cuando comience a dorarse la cebolla, agregar un chorizo en rodajas, la otra morcilla también en rodajas, el tomate frito los dos tipos de pimentón y mezclar bien. Agregar el contenido de la sartén a la olla que contiene los callos, y verter poco a poco un par de cazos del caldo de la cocción de los callos que se había reservado. Cocinar todo el conjunto a fuego medio por espacio de unos 30 minutos o hasta adquirir la cremosidad y textura deseada.




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