VIRGUERÍAS
Me pregunté, si el tiempo de ingerir la fuente de ricas propuestas, hubiese sido el mismo que si se hubiera servido de distinta forma. Me contesté que no. No hubiese habido tanto miramiento. Habría sido más de sírvase usted mismo.
A mí, particularmente, me encanta cuando las cosas salen a la mesa bien presentadas y con dedicación. Soy muy amigo de ver vídeos de cocina y he podido observar a gente haciendo auténticas virguerías con el chocolate, las frutas, el hojaldre o con los embutidos, como en este caso. Siempre se aprende algo, aunque luego cueste llevar a la práctica. Con todo, me resulta entretenido, aun recordándome lo torpe que soy, que ni siquiera sé hacer mínimamente bien esta flor que se come de rico salchichón.
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