HABLANDO CON LOS SUEÑOS
Los sueños parecen no tener cobijo ya. Buscan lugares donde guarecerse, crecer y reconfortarse. Todo parece estar ocupado por el engaño, la mentira y el odio, me dicen. No tenemos cabida. Y sonrío. Sonrío por no llorar. Anoche les dije que mirasen en el mar, porque seguro que, en la orilla o en el ataviado horizonte, siempre hay un espacio para soñar.
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