lunes, 28 de octubre de 2024

01526 El Pote Gallego

 SEGÚN NUESTRAS ENTENDEDERAS


De nuestro último viaje a la bella Galicia, nos hemos traído, como no podía ser de otra manera, productos cárnicos de esa sabrosa tierra para obsequiarnos con energéticos y deliciosos platos durante el otoño e invierno. No hemos tardado mucho en poner en práctica una de sus afamadas recetas: el pote gallego. Para su elaboración, hemos seguido las instrucciones de la amable señora que nos atendió en la carnicería donde compramos morcillas, chorizos y unto o grasa de cerdo rancia que aporta sustancia al caldo de la cocción. Cuando le pregunté cómo hacía ella el pote gallego, me respondió con una ligera sonrisa: “¡Ay, rapaz! Cada uno es distinto. Con lo que tengo o con lo que me apetece. Y están todos buenísimos”.

Su respuesta nos tranquilizó. Recetas sobre el pote gallego hay una gran variedad. En su origen, la receta del potaje dependía de lo disponible en cada casa con el objeto de revitalizar y reconfortar el cuerpo en los meses más fríos del año. Así, no faltaban en el pote las verduras, grelos, berzas o repollos, junto a las patatas, alubias blancas y el unto.

Volviendo a la conversación con nuestra carnicera, nos indicó que lo importante era hacer un buen y sabroso caldo. En cuanto a los ingredientes, nos aconsejó que pusiéramos unos grelos, repollo, falda de ternera, hueso de jamón, chorizo e incluso morcilla, y por supuesto, un poco de unto. Y obviamente, alubias blancas. A continuación, y con todo lujo de detalles, compartió su receta.

Como he comentado con anterioridad, no pasaron muchos días de nuestro regreso de Galicia, que pusimos en práctica las enseñanzas aprendidas para hacer el pote gallego. Hicimos para un regimiento y en casa ahora somos tres. Como tres fueron los días seguidos que comí tal manjar. Igual está mal que lo diga, pero nos salió “niquelao”. ¡Qué bueno estaba! ¡Qué sabroso! Y a pesar de su aparente rudeza, ¡qué cosa más sutil! Vamos, que repetiremos a no mucho tardar. Si acaso, como por aquí no disponemos de grelos, sustituimos esta verdura por repollo. ¡Buen sustituto!  Igual es una aproximación al auténtico pote gallego, pero diremos aquello de “aceptamos pulpo como animal de compañía”. Y nunca mejor traído lo de pulpo.

Ingredientes: 300 gramos de alubias blancas, ½ kilo de patatas, 250 gramos de falda de ternera, 2 huesos de jamón, 2 chorizos ahumados, 2 morcillas, ½ repollo, 50 gramos de unto, agua, aceite de oliva y sal.

Elaboración: Poner las alubias en remojo con abundante agua la noche anterior. Pelar y cortar las patatas en trozos. Lavar el repollo y cortarlo también a trozos. En una cazuela grande con abundante agua y un poco de sal, y a fuego medio/alto, introducir los huesos de jamón y la falda de ternera. Cuando comience a hervir, incorporar las alubias escurridas y el trozo de unto. Con el fuego bajo/medio, cocinar, con la cazuela tapada, durante unos 60 minutos. Añadir las patatas, los chorizo, las morcillas y el repollo, y seguir cocinando durante unos 20 o 30 minutos más. Retirar la carne de ternera, los chorizos y las morcillas, cortar en trozos. Rectificar el punto de sal, remover e incorporar al caldo los trozos de ternera, chorizo y morcilla. Añadir un poco de aceite de oliva. Cocinar durante unos diez minutos más. Servir caliente.




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