martes, 6 de febrero de 2024

01257 Los Cogollos con Bonito y Anchoas

¡BIENVENIDOS!


Como va quedando patente en este caleidoscopio vital, son muchas pequeñas cosas, sin importancia, las que me gustan. En esta ocasión, se trata de los cogollos, a los que ya dediqué mi atención en la entrada 00665.

Todos los años planto en el huerto unas cuantas decenas de ellos. No requieren mucha atención, salvo quitarles las hierbas que puedan crecer en su entorno y atar sus hojas cuando el cogollo comienza a tener forma. No hay más. O por lo menos, yo no hago nada más. 

Acostumbro a disfrutarlos en la mesa de muy diversas maneras. Todas muy sencillas, deliciosas y resultonas. Si bien, los primeros que recolecto en el huerto, siempre tienen la misma bienvenida; con unos buenos tacos de bonito en conserva y unas anchoas de Santoña. Se ha convertido en una de mis pequeñas tradiciones. Me parece un bocado muy interesante, por los sabroso y refrescante que resulta. A lo largo del verano, y hasta que den de sí los pequeños vegetales, volverán a la mesa de esta guisa, solo que el bonito no será en taco, posiblemente sean migas, y las anchoas no serán de Santoña, sino de ¡vaya usted a saber!. Pero ese primer día, tienen que entrar en casa por la puerta grande y sin escatimar la compañía.

Evidentemente, encontrándonos en el mes de febrero como estamos, en el huerto no hay cogollos. Tendrán que pasar algunos meses hasta que pueda disfrutar de ellos. De momento, ya tengo el bote de bonito en aceite y el de anchoas de Santoña, preparados para su llegada.  




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