viernes, 16 de febrero de 2024

01269 Los Pastissets

 MANTENIENDO LA TRADICIÓN


Crujientes por fuera y jugosos por dentro, así son los pastissets o pastelitos, que forman parte de la tradición gastronómica de la atractiva localidad castellonense de Peñíscola. Y ya que hablamos de tradición, tradición es en mi familia, que cuando regresamos de algún viaje, por corto que sea, nos acordemos de quien no pudo venir y le traigamos un pequeño detalle en forma de dulce.

Una tradición que mi pequeña Jara mantiene a rajatabla, ahora que tiene posibles. No hay viaje que realice con sus amigos, que a su regreso a casa, no se presente con alguna delicia que llevarnos a la boca. Uno de sus últimos viajes, tuvo como destino la siempre atractiva localidad de Peñíscola, y a su regreso nos obsequió con una caja de pastissets. Yo desconocía la existencia de estos pastelitos. Jara nos informó de que ella tampoco los había probado, pero que preguntó el último día de su estancia en Peñíscola sobre algo tradicional que llevar a casa y le recomendaron que se hiciera con unos pastissets, que gustan a todo el mundo.

Y así fue cómo conocí los pastissets, unos pastelitos en forma de empanadillas, rellenas de calabaza y rebozadas en azúcar. Por fuera son crujientes, con una masa a base de harina, aceite, azúcar, almendra molida, limón, moscatel y anís, que envuelven un relleno de confitura de calabaza o lo que es lo mismo, cabello de ángel, con un toque de canela.

Y nos gustaron, ya lo creo que nos gustaron. Prueba de ello es, que acabamos con todos los que contenía la caja en una sentada. Pero lo que más me entusiasmo y me sigue fascinando, es que Jara siga manteniendo nuestra pequeña tradición y su recuerdo para quienes esperan su feliz regreso a casa.  





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