LA TORTILLA DE LAS BRISAS Y DE LAS OLAS
Ya, sentados en la terraza frente al mar y con un día espectacular sobre nosotros, diseccionamos la ración. ¡Qué cosa más deliciosa! Se trataba de una tortilla de patata, a medio cuajar el huevo, bañada con una mayonesa de ajo, y coronada con unos diminutos tacos de jamón serrano. Una tortilla que se deshacía en la boca y plena de sabor.
Mientras la vista se regodeaba con un paisaje de verde mar y los oídos se congraciaban con el silencio, el gusto se relamía con la exquisitez de cada bocado de tortilla. Tanto nos gustó y tan grato recuerdo nos dejó, que en días venideros acudimos a esa terraza, ya no solo a tomar una tortilla de patata y otros manjares, sino también, esa tortilla que bautizamos como "la tortilla que mira al mar".
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