Y NECESARIO
Reconozco y acepto mi “climeopatía”, al igual que mi
alopecia. Confieso que me inclino más a los días de sol y luz, que a los que
permanecen grises. Aunque estos últimos, en su justa medida, no me molestan.
Diría que hasta los necesito. Con todo, llegado el caso, cuando el paisaje se
torna un día sí y otro también en cuasi negrura, recupero imágenes estivales que
me recuerdan aquellos placenteros días. Un ejemplo de tantos, un paseo por la
playa de El Puntal, en Somo, Cantabria. Un grato caminar a orilla del mar, con
la belleza ciudad de Santander como telón de fondo. Volver a recordarlo, aunque
sea en imágenes, es reconfortante y se hace hasta necesario.
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