"FELICES Y AUSENTES"
Miré a las palomas durante algún tiempo. No sé, serían siete o diez minutos. También yo perdí la noción del tiempo. Eran como estatuas. No se movían. Solo miraban al mar con su oleaje. Una de ellas se mostraba inquieta y parecía querer jugar con la espuma de las olas. Me dio la impresión de que estaban disfrutando del paisaje. Como yo, también quieto para no asustarlas en esa placidez y privilegio como era estar en primera línea de playa. Hubo un momento, viéndolas tan "felices y ausentes", que hasta yo me sentí paloma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario