ANTE LA LLEGADA DEL OTOÑO
de ofrecer el tiempo a la naturaleza,
que, sin prisa ni pudor,
mudará sus vestimentas de esperada añoranza.
Será mi deseado esparcimiento,
en un mundo empeñado en airear
engaños, guerras, mentiras y trampas.
Ya no os compro nada.
Solo me quedo con la naturaleza todavía ilusionada.
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