sábado, 24 de agosto de 2024

01475 La Fritada Aragonesa con Huevos Fritos

¡QUÉ SERÍA DE NOSOTROS SIN LOS HUEVOS FRITOS!


Hay días en que los imprevistos vienen a visitarte y tuercen todos tus planes. Lo que en un principio iba a ser una mañana tranquila, se ha convertido en un descoloque total. Nada importante, afortunadamente. Cuestiones domésticas que era necesario atender y se han juntado todas de golpe. Y eso que el día prometía tranquilidad. Tanto que hasta me he animado a cocinar para comer una fritada aragonesa, que tanto nos gusta a todos y de la que ya escribí en la entrada número 00766 de este caleidoscopio vital. 

El caso es que ha sido acabar de elaborar la fritada y sonar el teléfono. La llamada era de un amigo que me pedía tomar un café. No se puede nunca negar un café a un amigo. He vuelto a casa y al ver a Humphry, mi compañero perruno, he recordado que tenía que llevarle a la clínica veterinaria para su pesaje, -lo tengo a dieta, pues se está poniendo un tanto fondón-, y de paso, adquirir la pastilla trimestral antiparasitaria. Hemos regresado de nuevo a casa, después de coger un par de prolongados capazos, y nada más ponerme las zapatillas de estar en casa, han llamado a la puerta. Era la visita de un familiar. Nos hemos tomado un café en la terraza, ilustrado por su reciente viaje a Turquía. Le he preguntado si le apetecía quedarse a comer y me ha contestado que otro día, que ya había quedado. Se ha marchado y he mirado la hora en el teléfono móvil, el de pulsera lo tengo sin pilas. Y ¡horror!, he visto que eran las tres menos cuarto de la tarde. O lo que es lo mismo, en quince minutos llegaría Jara a casa de trabajar y como siempre, lo haría muerta de hambre.

La fritada aragonesa estaba lista para servir, pero entre unas cosas y otras, se me había olvidado sacar por la mañana algo del congelador para completar el menú. En lugar de entrar en modo "pánico", he optado por el siempre bien recibido y socorrido plan b, que no es otro que los huevos fritos. ¡Qué sería de nosotros sin los huevos fritos! Y sin freír también.

Cuando Jara ha entrado por la puerta de la cocina estaba ya todo dispuesto sobre la mesa. Ha visto la fritada con los huevos fritos y he observado como sus ojos le hacían chiribitas. Nunca habíamos comido la fritada aragonesa con huevos fritos y francamente, estaba super deliciosa. Tanto, que no será la última vez que fritada y huevos fritos se hagan compañía. Y no como socorrido recurso, sino por pura y llana apetencia. 



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