miércoles, 21 de agosto de 2024

01465 Y Tan a Gusto

 Y EN VERANO, LO JUSTO


Durante el verano, el apetito me pide irse de vacaciones. Y me parece fenomenal. Ya que yo no lo hago, que lo haga él por mí también. 

La cocina, con su encimera eléctrica y su horno, en casa se encienden lo menos posible. Lo imprescindible. Los platos fríos están a la orden del día: ensaladas, legumbres, tomates, cebollas, calabacines... No apetece otra cosa. Bueno, y los benditos y socorridos platos combinados que tanto me gustan. Sí, vale que hay que cocinar, pero lo menos posible. Platos combinados que, habitualmente, confeccionamos con restos que han ido sobrando de las diarias comidas. En este caleidoscopio vital hay un buen número de ejemplos.

En esta ocasión ha habido que cocinar un poco, pero sin pasarse: la carne de cordero, el huevo frito y la salsa de ajo perejil que tanto me fascina. Las berenjenas venían de unas sobras y el tomate cherry de pera solo había que cortarlo y aliñarlo con aceite y sal. Faltaban, las eché de menos, unas patatas fritas, pero ya era meterte en aceites y más tiempo de cocina. Ya estaba bien,

Lo bueno que tienen los platos combinados, es que no se rigen por regla alguna. Son los ácratas de la cocina, los versos sueltos de la gastronomía, el tres en uno del bricolaje alimenticio. Y como diría un buen  amigo, ¡Y tan a gusto, oiga!



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