ELIXIR DE LA ETERNA JUVENTUD
Regresa el teatro a este caleidoscopio vital. Lo hace de la
mano de uno de mis autores teatrales de cabecera, Enrique Jardiel Poncela, y de
una de sus más que aplaudidas obras, “Cuatro corazones con freno y marcha atrás”.
Se trata, al decir de los entendidos, de una de las obras
más logradas de Jardiel Poncela (Madrid, 1901/1952), uno de los miembros más
destacados de la que se ha dado en llamar “la generación inverosímil”, la
versión en prosa de la Generación del 27, y considerado como renovador del
humor español moderno.
La obra es un disparate en sí, con un texto teatral explosivo
y matices filosóficos. En “Cuatro corazones con freno y marcha atrás”, nos
encontramos con el amor, la belleza, la verdad, pero, sobre todo, nos
enfrentamos a la vida y al paso del tiempo, la pérdida de las ilusiones y la
muerte. Según pude leer, para Jardiel, “la vida consiste en una aventura
caótica sin pies ni cabeza de la que hay que reírse siempre, puesto que la risa es
una cosa muy seria”.
La obra fue representada por el grupo de teatro leído y
dramatizado al que pertenecía, en marzo de 2018. Recuerdo que disfrutamos
muchísimo preparándola y por supuesto, representándola. Si mal no recuerdo, es
una de las obras que más elenco hemos necesitado para su puesta en escena. Me
ha llamado la curiosidad y he ido en busca del libreto. Efectivamente, son 23
personajes, si bien, nosotros la representamos con 15, doblando alguno de los
papeles.
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