viernes, 16 de agosto de 2024

01461 Cuatro Corazones Con Freno y Marcha Atrás

 ELIXIR DE LA ETERNA JUVENTUD


Regresa el teatro a este caleidoscopio vital. Lo hace de la mano de uno de mis autores teatrales de cabecera, Enrique Jardiel Poncela, y de una de sus más que aplaudidas obras, “Cuatro corazones con freno y marcha atrás”.

Se trata, al decir de los entendidos, de una de las obras más logradas de Jardiel Poncela (Madrid, 1901/1952), uno de los miembros más destacados de la que se ha dado en llamar “la generación inverosímil”, la versión en prosa de la Generación del 27, y considerado como renovador del humor español moderno.

La obra es un disparate en sí, con un texto teatral explosivo y matices filosóficos. En “Cuatro corazones con freno y marcha atrás”, nos encontramos con el amor, la belleza, la verdad, pero, sobre todo, nos enfrentamos a la vida y al paso del tiempo, la pérdida de las ilusiones y la muerte. Según pude leer, para Jardiel, “la vida consiste en una aventura caótica sin pies ni cabeza de que hay que reírse siempre, puesto que la risa es una cosa muy seria”.

Esta es la historia de unas personas que, tras ingerir un elixir de la eterna juventud, no solo se convierten en inmortales, sino que también rejuvenecen. Los protagonistas creen haber encontrado la felicidad absoluta y acabado con todos sus problemas. Pero nada más lejos de la realidad. Lo que parece algo maravilloso, acaba por convertirse en una existencia insoportable.

La obra fue representada por el grupo de teatro leído y dramatizado al que pertenecía, en marzo de 2018. Recuerdo que disfrutamos muchísimo preparándola y por supuesto, representándola. Si mal no recuerdo, es una de las obras que más elenco hemos necesitado para su puesta en escena. Me ha llamado la curiosidad y he ido en busca del libreto. Efectivamente, son 23 personajes, si bien, nosotros la representamos con 15, doblando alguno de los papeles.

Con el libreto en la mano, con toda la tarde por delante y sin nada mejor que hacer, me he ido a la terraza y la he vuelto a leer, recordando mi papel de Federico. He acabado hace unos minutos y vuelto a sonreír, reír y reflexionar sobre lo planteado por Enrique Jardiel Poncela en “Cuatro corazones con freno y marcha atrás”, estrenada en el teatro Infanta Isabel, de Madrid, el día 2 de mayo de 1936.

 





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