viernes, 23 de agosto de 2024

01469 Los Huevos Fritos con Papada de Cerdo

 UNA TENTACIÓN


Últimamente me persigue la papada de cerdo. Han sido varias las tentaciones que he tenido que ir salvando, pero todo tiene un límite. Llega un momento que, tanto va el cántaro a la fuente, que al final se rompe.

No hace muchos días, en plenas fiestas de San Lorenzo, en Huesca, salí a cenar con unos amigos. No tenía mucho apetito, con picar alguna cosa y hablar largo y tendido, tenía más que suficiente. En la carta que se nos ofreció en el restaurante al que acudimos había un gran surtido de alternativas. Todo me apetecía, pero nada me convencía, hasta que llegó el momento tentación: "Huevos fritos con ajo y papada de cerdo". Me quedé pensando y con voz queda dije aquello de, "pues igual me tomo los huevos fritos con papada". Miré al resto de comensales como buscando su aprobación. Vi caras de horror, de extrañeza, de consentimientos y hasta alguna sonrisa. Bueno, un día es un día. Estamos de fiesta y ya está bien de penar. Así, que finalmente me decanté por los susodichos huevos fritos.

Pensé que se trataría de un par de huevos fritos con algunas lonchas de papada de cerdo, pero cuando llegó el plato a la mesa, uno de mis compañeros de mesa dijo: "Alabado sea Dios". A lo que yo contesté de forma mecánica y aprendida: "Por siempre sea bendito y alabado". Menudo plato de papada tenía ante mí. Verlo y pronunciar la frase de "¿me ayudaréis, no?", fue todo uno. Tan solo César, mi compañero comensal más cercano se pronunció al respecto. El resto, me ignoraron por completo.

Estaba delicioso. Mi única duda y si me sentaría bien. Y ya lo creo que me cayó fenomenal. Los huevos en su punto y la papada, tierna y sabrosa. Como se dice por estas tierras, "chino, chano", sin prisa, regodeándome con cada bocado y con la inestimable ayuda de César, quedó el plato más que limpio, como si no hubiese contenido alimento alguno. Creo que será difícil que olvide este plato de huevos fritos con papada de cerdo que tomé una noche en plenas fiestas laurentinas. 

La papada de cerdo es la capa de grasa, piel y carne que se localiza en el cuello del animal, bajo su cara. Se trata de una pieza tierna y jugosa, incluso más que la panceta. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario