BLANCO Y VERDE LAURENTINOS
En 2010, la Real Cofradía de San Lorenzo de Huesca recuperó la tradición de los estadales bendecidos y dedicados a la figura del Santo Patrón oscense, a raíz de los estudios aportados por Bizén d’o Río, estudioso de la historia, lingüística y antropología aragonesa. Se trata de un cordón blanco y verde, colores laurentinos por excelencia, que se atan, una vez bendecidos, a la muñeca o alrededor del cuello.
La tradición de llevar este cordón bendecido se remonta a la
Edad Media, cuando los peregrinos hacían una promesa al santo o a la virgen.
Así, cortaban una liza para después llevarla atada en la muñeca hasta que esta
se cumpliera. Según Bizén d’o Río, hay documentación de los siglos XIV, XVI y
XVII, donde “se sitúa el origen del cordón dedicado a San Lorenzo. Tras las
epidemias de peste, se utilizaría para testificar el cumplimiento del Voto de
los Siete Lugares, siendo una simple ‘ligarza’ que se ataba a la mano y no
teniendo continuidad en el tiempo”. Al parecer, dejó de usarse como resultado
de los aires renovadores llegados con la revolución septembrina, tras la que
las prácticas religiosas y la propia cofradía de San Lorenzo quedaron algo
relegadas.
Se trata de una tradición muy extendida por toda España. En
Aragón existe la cinta de la Virgen del Pilar o la de San Ramón Nonato, así
como el cordón de la Virgen de la Carrodilla, en blanco y azul, o el “Cordoné”
de Graus o cordón del Santo Cristo, en rojo y amarillo.
El mismo año que se recuperó esta tradición, adquirí estadales
para repartir entre la familia. Sabía que, a mis hermanos, todos oscenses en la
diáspora, les haría ilusión portarlos, como así fue. Con el tiempo, si alguno
de los pequeños cordones se desataba de sus muñecas y se perdía, la llamada no
se hacía esperar para su pronta reposición. Tanto es así, que siempre tengo en
casa estadales de San Lorenzo para “emergencias”.
Cada uno lo llevamos atado a la muñeca por algún motivo. Ya
sea por fe, por devoción a San Lorenzo, por una promesa o por cualquier otro motivo. Lo que no me cabe la menor duda, es que el estadal blanco y verde de nuestro
querido santo, nos recuerda a todos que nacimos en Huesca al amparo de nuestro
Copatrón San Lorenzo y que tan apegado ha estado a nuestras vidas.
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