Hace calor, mucho calor, sobre todo para patear una localidad que, sobre el papel y por lo leído, merece la pena prestar atención en cada paso y en cada vestigio. Tiene que ser hoy. El resto de días están ya comprometidos.
A nuestra izquierda, Niebla, ciudad ubicada al sureste de la provincia de Huelva, nos recibe con una atractiva muralla. Su recinto fortificado es uno de los más completos de los que aún se conservan en nuestro país. En la época mulsumana fue llamada "la roja" por el color de sus murallas.
Nos adentramos. Hay mucho que ver y fotografiar en este centro y su recinto amurallado, declarado conjunto monumental histórico artístico en el año 1982. El Castillo de los Guzmanes, del siglo XV, edificado sobre la antigua alcazaba árabe después de la Reconquista, la Iglesia de San Martín, también del siglo XV, el Hospital Medieval de Nuestra Señora de los Ángeles, originaria del siglo XIV y la Iglesia de Santa María de la Granada, antigua mezquita mulsumana de los siglos X y XI, sobre la que se construyó un templo gótico mudéjar.
El acceso al interior del recinto amurallado se puede realizar a través de una de sus seis puertas, todas distintas: de Sevilla, del Agua, del Agujero, del Buey, del Socorro y del Embarcadero. Su perímetro es de 2 kilómetros, con una altura máxima de 16 metros, 48 torres cuadradas de planta rectangular, 5 torres rectangulares que albergan las puertas principales de acceso y 2 torres octogonales en el frente de levante.
La visita no defrauda e incluso el calor se hace más llevadero al cobijo de las buscadas sombras. El Alcázar o Castillo de los Guzmanes reclama ahora nuestra atención. Un edificio del siglo XV pero que con anterioridad fue romano y después alcázar musulmán. Leo que el castillo ha sufrido diversas reformas por parte de sus sucesivos ocupantes, romanos, visigodos, árabes y cristianos y reconstrucciones actuales. De la época romana quedan como testimonio algunos arcos, los fosos y las cárceles. Tras la ocupación por los jefes militares visigodos y la reparación necesaria de distintos elementos, los árabes lo decoran con revestimientos de azulejos de colores, yeserías e inscripciones y cerámicas, fuentes y una noria de riego para los jardines, convirtiéndolo en Alcázar o Palacio. En el año 1402 serán los Guzmanes, duques de estas tierras los que pasen a derribar el antiguo Alcázar y construyan el actual palacio, pero conservando y restaurando la parte más interesante y preciosa de época islámica.
El palacio es de estructura rectangular. Un muro separa la zona doméstica y la zona lujosa, de la militar. Tiene diez torres, seis cuadradas en las esquinas y dos más en los extremos del muro interior. Otras cuatro tienen forma de cubo semicircular y se alternan con las anteriores. Además, el palacio de extiende en un nuevo recinto o barbacana por los lados Sudeste y Oeste. Este nuevo recinto incluye otras seis torres en sus muros y se una a la muralla almohade cerca de las puertas de Sevilla y la del Socorro. Las troneras están realizadas con forma de la cruz y orbe, símbolo que solían utilizar los Guzmán en sus palacios y castillos.
El castillo está bien conservado. En su patio podemos ver todavía el escenario, las gradas y las sillas utilizadas en el afamado Festival de Teatro y Danza Castillo de Niebla. Lástima no haber adelantado la visita y disfrutar de un doble espectáculo.
El cansancio comienza a hacer mella pero no queremos perdernos la visita a la cárcel del castillo y su Museo de las Torturas. Tiempos de inquisición; tiempos de terror y de extremo dolor. Una treintena de máquinas y elementos de tortura nos aproximan a tal suplicio.
El sol empieza a ser ya más amable. Antes de abandonar el recinto amurallado hay que visitar otras joyas de la historia en piedra. La Iglesia de Santa María de la Granada, resultado de la superposición de edificios religiosos de distintas épocas, desde el siglo XI al XV y Monumento Nacional desde el año 1931. La Iglesia de San Martín, otrora mezquita menor. Antes de convertirse en iglesia cristiana fue durante un tiempo sinagoga judía. El Hospital de Nuestra Señora de los Ángeles cuya primera construcción data del siglo XIV y que tras sufrir importantes modificaciones en los siglos XVII y XVIII, se convirtió en hospital para pobres bajo la protección de la Virgen de los Ángeles.
Bella, interesante e instructiva visita que finalizamos fuera ya del recinto amurallado con un apaño para nuestro ánimo: ensaladilla, croquetas y cazón acompañados de unas frescas cañas de cerveza.
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