Y EN ESE MAR QUE NUNCA OLVIDO
y en ese mar que nunca olvido.
Ayudan a compensar la ignorancia
de los días vividos
y a creer que todavía no está todo perdido.
Palabra y agua van unidas
igual que belleza y vida,
aunque en ocasiones,
nos parezca mentira.
Me refugio en la palabra,
como el sol en el mar
cuando toca atardecida
y la brisa acaricia,
sin disimulo, en la acogida.
Es la palabra,
es el mar,
mi sustento de cada día.
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