Seguimos en casa experimentando con la botarga. Abandonamos la pasta para buscar otros cimientos y comprobar cómo funcionan las huevas de mújol. Estos días hace calor y apetecen alimentos refrescantes en los que no haya que invertir excesivo tiempo en la cocina. Gloria propone hacer unas patatas con langostinos. La ensaladilla rusa la borda, al igual que este tipo de elaboraciones en las que las patatas tienen especial protagonismo. Veremos qué tal les va a las patatas la bendita botarga.
Delicioso y espectacular. Doble sabor a mar y tan refrescante que no puedes sucumbir a la tentación de volver a repetir. Eso sí, plato único, que permanezca el sabor en boca. La botarga ha vuelto a funcionar. De reojo miro la fuente que todavía contiene el preparado y le dirijo un efusivo pensamiento nocturno.
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