¡FASCINANTE!
Otro de los mundos fascinantes que nos depara la
gastronomía; la pasta fresca rellena. Y digo que es un mundo, porque es tal la
variedad de formas y rellenos que, inclinarte por una u otra opción, para mí
siempre es un dilema. Aunque también es cierto que, como me gustan todas las
formas y sus posibles rellenos, al final es una cuestión de lo que, en el
momento de la elección, te pida el cuerpo.
Aunque siempre he sido muy inconformista, y así me ha ido en
la vida, en materia gastronómica, me considero un hombre de buen conformar. Si
tengo la posibilidad de elegir, me inclino más por una buena pasta fresca al
huevo que por una pasta seca, rellena y deshidratada. Y en cuanto a las salsas
de acompañamiento, todas me van bien también. No obstante, si puedo elegir, me
inclino por las que llevan algún queso.
Hasta la fecha, las pastas rellenas frescas que he podido
llegar a probar, con distintos rellenos, son las siguientes:
Como no, los super populares ravioli. Quizás se trate de la
pasta rellena más tradicional. Acostumbran a ir rellenos de carne. Primos hermanos
de estos están los raviolazzi. Son grandes y habitualmente van rellenos de
carne, setas o queso. Se acompañan con salsa de tomate o ragú.
Los tortellini que, junto a los raviolis, son los más
consumidos. Tienen forma de anillo y acostumbran a ir rellenos de carne picada
o queso. Se sirven con tomate, diversas salsas y hasta con cremas.
Todavía me falta por probar alguna que otra variedad, pero
todo se andará.
De momento, comparto aquí unos Medaglionis rellenos de setas
y acompañados con una salsa de queso. ¡Un escándalo!
Ingredientes para 4 personas: 600 gramos de medaglionis
frescos rellenos de setas, 200 gramos de queso azul, 100 gramos de nata para
cocinar, 2 cucharadas de mantequilla, 1 cebolla grande, sal, pimienta y orégano.
Elaboración: Pelar, trocear muy fina y rehogar la cebolla en
una sartén con mantequilla. Cuando la cebolla comience a dorarse, incorporar la
nata, salpimentar y cocinar durante un minuto. Desmenuzar el queso e
incorporarlo a la sartén con la cebolla y la nata, y dejar cocer a fuego medio
hasta que la salsa adquiera un aspecto cremoso. Reservar. Cocer los raviolis, siguiendo
las indicaciones del fabricante y escurrir. Repartir en los platos e incorporar
sobre ellos la salsa de queso y el orégano.
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