CUANDO LO COTIDIANO SE HACE IRRELEVANTE
Me lo digo y repito:
No hay días grises ni azules.
Soy yo quien los pinta
en la desnudez de cada amanecer.
Poemas en tránsito,
inquietos pinceles,
sonrisas al aire
y tierra sembrada de deseos
en el devenir ensoñado.
Es poco,
pero lo es todo,
cuando lo cotidiano se hace irrelevante.
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