Y UNA BUENA VINAGRETA
Aunque los puristas recomiendan consumir esta elaboración en
época estival, por su frescura, para mí no tiene fecha en el calendario. Me va
bien en cualquiera de las cuatro estaciones del año. El salpicón de marisco,
siempre me resulta delicioso.
Recetas al respecto hay hasta hacerte sangre. La que más
adelante compartiré, es una receta algo tuneada sobre la primera que cayó en mi
poder, en mis inicios en la cocina. De esto, hace ya algunas décadas. No
obstante, también es cierto, que no tiro ya de receta, y que, de un salpicón a
otro, se parece lo que una berenjena a un pepino. Todo depende de los
ingredientes que, en el momento de dar forma al capricho, tenga por el
frigorífico o en el congelador. En mi caso, comer salpicón, habitualmente es
fruto de un antojo. Lo que no cambia nunca es la vinagreta, parte fundamental,
junto al buen producto, para obtener un delicioso salpicón de marisco.
Como ya he comentado con anterioridad, el salpicón de
marisco se me antoja en cualquier época del año. Me parece un plato muy, muy
sabroso, sencillo de elaborar y lo más importante, su delicioso y potente sabor
a mar, que tanto me gusta.
Cuando cocino un salpicón de marisco, tiene que incluir como
mínimo, gambas cocidas, mejillones y pulpo cocido. A partir de aquí, el mar es
muy grande y el bolsillo muy pequeño.
Ingredientes para 4 personas: 200 gramos de pulpo cocido, 12
gambas o langostinos cocidos, 200 gramos en limpio de mejillones al vapor o 2
latas de mejillones al natural, 150 gramos de gulas y 8 palitos de cangrejo. Para la vinagreta: 75
gramos de pimiento verde, 75 gramos de pimiento rojo, 75 gramos de pimiento
amarillo, 1 cebolla morada, 2 o 3 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen
extra, 2 o 3 cucharadas de vinagre de Jerez, sal y pimienta.
Elaboración: Picar los pimientos y la cebolla. Reservar.
Pelar las gambas o langostinos cocidos y cortar en trozos pequeños. Reservar.
Cortar también en trozos pequeños los palitos de cangrejo y el pulpo cocido.
Cocer los mejillones al vapor. Una vez cocidos, desprender la carne de las
conchas. Reservar. Mezclar todos los ingredientes en un bol, junto con las gulas, y aliñar con
aceite, vinagre, sal y pimienta. Dejar en el frigorífico al menos durante doce
horas y servir.
En esta última ocasión que lo preparé, añadí también unas hojas de lechuga de roble y unos canónigos.
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