viernes, 23 de junio de 2023

01143 El Tartar de Atún

SI ME LO LLEGAN A DECIR HACE UNOS AÑOS


Revisando mis archivos fotográficos en busca de imágenes para mantener viva esta aventura de las diez mil cosas que me gustan, me he topado con un tartar de atún rojo que nos ofrecieron a Gloria y a mí, nuestros entrañables amigos José Luis y Julia, en la última cena que mantuvimos en su casa. Estoy pensando que su amistad y las largas veladas en torno a una mesa en su domicilio, algún día formarán parte de este caleidoscopio vital, por lo tanto que me gustan.

Cuando he visto las imágenes del delicioso tartar, elaborado por José Luis, lo primero que he pensado ha sido: “Si hace unos años me dicen que acabaría por gustarme el pescado crudo, no hubiese dado crédito”. Yo que soy de los de “un poco más que al punto”.

La primera vez que lo probé, no hará muchos años, fue en Huelva. A mis sobrinos, casi hermanos por edad y por relación personal, les encanta. En una ocasión, lo pidieron para picar, como aperitivo. Me invitaron a probar y rechacé la invitación, aduciendo que no me gustaba el pescado crudo. Recuerdo que hicieron una buena defensa de esta exquisitez y tal fue la insistencia, que finalmente lo probé. Tengo que confesar que me lo llevé a la boca con muchos reparos. E igual que digo una cosa, digo la otra; me encantó. Tanto es así, que, desde aquel día, siempre que tengo oportunidad, pido tartar de atún o lo hacemos en casa.

Lo cierto es que el tartar de atún rojo es un plato muy vistoso y muy potente de sabor, gracias al cítrico, especias y salsas con las que se condimenta, como cualquier otro tartar, ya sea de carne o pescado crudo, picados muy finos. A pesar de su apariencia, se trata de un plato muy sencillo de elaborar. Se puede presentar sobre tostadas de pan, en cucharitas o en forma de timbal.

La mayoría de los platos presentan numerosas versiones y el tartar de atún rojo no es una excepción. La receta que a continuación detallo la saqué de un libro de cocina asiática, de cuando adquiría libros de cocina, y me parece lo más cercano a cuantos he llegado a probar. Es la que ponemos en casa en práctica cuando se tercia.  El que nos brindaron mis queridos José Luis y Julia lleva tomate en la base y ya no sé que más. Inmersos en el fragor de la dialéctica, como es habitual cuando nos reunimos, se me olvidó aquel día preguntarle cómo lo había elaborado. Solo sé que estaba realmente fresco y delicioso. Me gustó.

Ingredientes para 4 personas: 300 gramos de atún rojo fresco (para prevenir problemas con el anisakis, es aconsejable congelar el atún durante 24-48 horas. Una vez congelado, tendremos que descongelar dentro del frigorífico para luego poder elaborar el tartar), 2 aguacates ni muy verdes ni muy maduros, ½ cebolla, ½ lima o en su defecto limón, 3 cucharadas soperas de salsa de soja, 1 cucharada sopera de aceite de sésamo, aceite de oliva virgen extra y sal. (Si te gusta el picante, se puede incluir una cucharilla de postre de wasabi y otra de jengibre rallado)

Elaboración: Picar la cebolla muy fina. Reservar. Cortar en pequeños dados el atún. Reservar. Mezclar en un bol la salsa de soja, el aceite de sésamo y un poco de sal. Es el momento también, si se desea, de incorporar el wasabi y el jengibre. Incorporar a la mezcla el atún y la cebolla. Remover bien y dejar reposar durante una media hora. Cortar el aguacate en dados también muy pequeños, ponerlos en otro bol y rociar por encima el zumo de lima, un poco de sal y una cucharada de aceite de oliva. Remover bien.

Para emplatar: En un molde de emplatado, colocar en primer lugar una capa de aguacate y aplasta con una cuchara ligeramente. A continuación, disponer el atún y aplastar también ligeramente. Repetir la operación hasta cubrir todo el molde, o poner la mitad de aguacate y la otra mitad de atún. 

Dejar en el frigorífico por lo menos durante un par de horas. Desmoldar y servir. Acompañar de pan tostado. El tartar de atún rojo se puede elaborar de un día para otro.

 




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